Emotiva Jornada de Oración en Panamá por los hermanos de Nicaragua

Emotiva Jornada de Oración en Panamá  por los hermanos de Nicaragua

En un ambiente de solidaridad y fervor religioso, en una abarrotada Basílica Don Bosco, se escuchó un solo clamor:  “el cese de la violencia y la paz para los nicaragüenses”, porque duele lo que sucede en este hermano país centroamericano.

Esta fue una Jornada de Oración presidida por el Arzobispo de Panamá, José Domingo Ulloa Mendieta,  que realizó en compañía del Nuncio Apostólico, monseñor Miroslaw Adamczyk, con la participación del Comité Interreligioso de Panamá, de fieles panameños y de nicaragüenses radicados en nuestra nación.

“Venimos a los pies del Señor para rogarle fervientemente que se detenga la violencia en el hermano país nicaragüense, que se respete el derecho a la vida de todos y que se garantice la protección, tanto a las instituciones eclesiásticas como a las demás organizaciones sociales que, con la Iglesia católica, han trabajado en la búsqueda de soluciones a la crisis social y humanitaria, existentes en este país”, fue el ruego del arzobispo Ulloa.

“Lo sorprendente y lo contradictorio, es que toda esa ira y violencia la genera un Gobierno que luchó por liberar a Nicaragua de un régimen dictatorial y que ahora queda imitando las mismas prácticas del antiguo dictador”, recalcó monseñor Ulloa.

 “Esta Jornada de oración es para que el Señor dé la luz necesaria y, a través del diálogo, prontamente el pueblo de Nicaragua pueda recobrar la paz que tanto anhela”, dijo el Arzobispo Panameño y  destacó que “las tentaciones del mundo están siempre latentes y el poder es una tentación muy fuerte, que puede llegar a corromper al mejor intencionado”.

Al referirse al Cardenal Leopoldo Brenes, arzobispo de Nicaragua, monseñor Ulloa  recalcó su compromiso en aportar a la construcción de la paz, cumpliendo a su vez con el mandato del Papa Francisco, fiel defensor y promotor de la paz.

Y advirtió que, en estos momentos difíciles, Nicaragua no está sola; la Madre del Cielo los acompaña. Para luego preguntar “a cada uno de nosotros y especialmente a  cada uno de ustedes queridos  nicaragüenses: ¿Quién causa tanta alegría?” a lo que respondieron los nicaragüenses: “¡la concepción de María!”.

“Pidámosle con ánimo que interceda por Dios, para que Nicaragua pueda encontrar los caminos de la paz y la reconciliación”,  exhortó el Arzobispo panameño.

Comité Interreligioso de Panamá

Los miembros del Comité Ejecutivo del Consejo Latinoamericano y Caribeño de Líderes Religiosos por la Paz también expresaron su solidaridad y profunda preocupación por la grave situación que actualmente se vive en Nicaragua, desconsolada por la violencia que ha provocado la muerte de más de 350 personas.

En un mensaje leído por el rabino Gustavo Kraselnik, de la Comunidad Kol Shearit de Panamá, exhortan a continuar el diálogo honesto para restablecer la paz, bajo la mediación de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), a la cual transmitieron su solidaridad, en estos difíciles momentos.

Así mismo, dice el texto del mensaje: “solicitamos respetar la vida y la dignidad de todos los que se manifiestan en Nicaragua por una democracia fortalecida, una sociedad más justa  y un país libre de corrupción”.

“Nos sumamos a todas las oraciones de todos quienes piden por la paz y la reconciliación en Nicaragua”, indica el mensaje.

Sentir nicaragüense

 

La señora Flor María Guerrero, proveniente de Granada, Nicaragua, expresó entre lágrimas: “estoy muy agradecida; le doy gracias a Dios  y a monseñor Ulloa Mendieta, por  esta Eucaristía de Oración por todo lo que está pasando en nuestro país”.

“Es muy triste todo lo que está haciendo el presidente de mi país, con mi tierra natal y el dolor es más grande porque toda mi familia está en Nicaragua”, expresó Flor María.

Entre lágrimas y aún sin perder la esperanza los nicaragüenses residentes en Panamá cantaron su himno nacional al concluir la Eucaristía, como muestra de apoyo a sus hermanos.


Homilía Jornada de Oración por la Paz en Nicaragua

Nos hemos congregado en esta Basílica porque estamos convencidos que cuando la paz ha sido resquebrajada, desde la fe solo es posible recuperarla con la oración. Quizá existan personas que piensan que con rezar no se consigue nada, lo que es totalmente falso.

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