Sacerdote y feligreses de la parroquia San Marcos Evangelistas, entregan bolsas de comida a familias sin ninguna entrada económica
PANAMÁ. 6 DE ABRIL DE 2020. Ante la situación difícil que viven diversas familias del país ante la pandemia por el coronavirus; ejerciendo la caridad, el Padre Jamed Pacheco en conjunto con feligreses de la parroquia San Marcos Evangelista, realizaron la donación de unas 50 bolsas de alimentos secos a familias que han quedado sin ninguna entrada económica, en el sector 8-A de la bloquera en Los Andes – San Miguelito, de igual formar durante la semana lo harán en los otros sectores.
De acuerdo con el Párroco Jamed Pacheco, a través del silencio buscan impactar a esos grupos agigantado de familias en las que algunos miembros han quedado desempleados, en otros casos donde existen enfermos y también quienes su fuente ingresó es el trabajo informal y ahora han quedado sin ninguna entrada económica; mostrando así una vez más ser una la Iglesia en salida, al solidarizarse con los más necesitados.
La iglesia cimentada también es uno de los pilares del accionar eclesial como lo es la dimensión social, busca descubrir a Dios en las necesidades del pueblo, señala.
“Estoy convencido de que el pueblo de Dios podrá con mayor atención celebrar la fe si tiene algo que comer. Unir voluntades y corazones generosos, unos con sus recursos y otros dando sus manos y esfuerzo hacen el gran milagro de amor y de la solidaridad”, dijo.
Nuestras comunidades al igual que el mundo entero ha sido impactado económicamente dejando sin trabajo a muchos que integran nuestras parroquias y hombres de buena voluntad de nuestros sectores; señala el Padre Pachecó, “pienso en Jesús que se identificaba con el dolor del pueblo y me identifico como pastor con él”.
Sé que muchos de mis hermanos sacerdotes al igual que yo estamos viendo cómo animamos a nuestra gente en la fe y procurando atenuar a la par lo que más les preocupa… poder comer un digno bocado, recalcó.
El párroco Jamed Pacheco, agradece, a todos esos cristianos y hombres de buena voluntad que están teniendo acciones solidarias especiales unas conocidas y otras en silencio, solo deseo seguir animándoles a hacer la revolución de la ternura amando, amando y amando. ¡Dios me los bendiga!
