NOTA DE PRENSA – “Fátima 103 años después es faro de esperanza, y un fuerte estímulo para la conversión”
PANAMÁ. 14 DE OCTUBE DE 2020. “En medio de la realidad que cada uno vive, en medio de nuestras sombras y tinieblas brilla una gran luz, la presencia de la Virgen María en nuestras vidas. El cielo vuelve como todos los días especialmente a llenarse de alegría porque celebramos los 103 años de la última aparición de Nuestra Señora del Fátima con ese signo portentoso como fue la danza del sol”, señaló el Arzobispo de Panamá, la solemne Eucaristía realizada en la Catedral Basílica en martes 13 de octubre.
Aprovechó para destacar, 103 años después de las apariciones de Fátima, ella sigue siendo un faro de esperanza, consoladora pero también un fuerte estímulo para la conversión. La luz que la Virgen María hizo resplandecer a los ojos de los pastorcillos y que se manifestó a tanta gente en el milagro del sol.
Monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, en primer lugar dijo que frente a estas apariciones de la Virgen de Fátima, podemos hacernos esta pregunta ¿por qué las apariciones de nuestra Señora, de María? ¿por qué la Virgen visita a sus hijos en la tierra de esta manera primero sencilla y misteriosa? ¿por qué ella elige en sus apariciones a los pequeños, a los más insignificantes? En el caso de Fátima elige a unos niños pastores, ¿por qué?.
Reiteró que la Santísima Virgen escoge a estos niños inocentes como colaboradores suyos privilegiados para combatir con las armas de la oración, la penitencia, el sacrificio y el sufrimiento y la terrible lepra del pecado que corrompe a la comunidad, porque esto responde al método de Dios, quien ha elegido a los débiles del mundo para confundir a los fuertes.
Cada 13 de octubre sigue indicando que la gracia de Dios es más fuerte que el pecado y que la muerte, indicó Monseñor Ulloa Mendieta, además exhorta “queridos hermanos sigamos acogiendo su invitación y permanezcamos siendo fieles a nuestra vocación cristiana, juntos ofreciendo fervientemente oraciones especialmente el santo rosario para nuestros sufrimientos, para la reparación de los pecados y la paz del mundo entero”.
Reafirmó qué celebrar a la Virgen María es tener nuestra esperanza en el Señor, es dejar nuestra pesada carga de pecados, de traumas, de decepciones de todo tipo y volver con lágrimas de alegría a nuestros hogares, nuestras familias, a nuestros trabajos para compartirla con aquellos que también deberían dejar esa carga de pecados, de traumas, de miedos y de las frustraciones.
El Arzobispo invitó a seguir considerándonos pequeños y humildes hijos suyos, la Iglesia nos invita a que contemplemos a nuestra Señora de Fátima con esperanza y como aurora de la salvación y que no nos conformemos solo con rezar el rosario.
“Este 13 de octubre había sido escogido para presidir esta celebración en Portugal pero debido a la pandemia no fue posible, Dios primero podamos asistir el próximo año; con esta Santa Eucaristía queremos unirnos al Santuario de Nuestra Señora del Fátima desde este Santuario de la Catedral Basílica Santa María la Antigua”, manifestó Monseñor Ulloa Mendieta.
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