Nos duele la sangre derramada en nuestro suelo, hace 32 años que clama por justicia, libertad y dignidad
“La Iglesia Católica, como madre, le sigue doliendo las muertes y el sufrimiento de sus hijos. Ante este dolor no podía callar. Por ello, la Conferencia Episcopal Panameña calificó este hecho bélico “como un retroceso en nuestra historia nacional” y advirtió que “en estos momentos nos duele la sangre panameña y extranjera derramada en nuestro suelo; sangre que clama al cielo por la justicia, la libertad y la dignidad”, expresó el Arzobispo Metropolitano en el acto por los 32 años de la Invasión Norteamericana a suelo panameño.
En el Jardín de Paz, Monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, dijo en este día reflexión nacional es oportuno preguntarse ¿Hicimos todo lo que estuvo en nuestras manos para evitar el enfrentamiento entre panameños? Y a comprometernos por hacer todo lo posible para que nunca más en nuestra historia tengamos que avergonzamos de la forma en que el ser humano eliminó a otro ser humano.
“Necesitamos reencontrarnos y escucharnos para sanar. Somos conscientes que ese reencuentro fraterno es muy difícil porque significa ofrecer el Perdón, y el Perdón no se consigue con un simple propósito de la voluntad humana, esto requiere acoger la acción del Espíritu Santo en el corazón y la vida misma”, manifestó.
Monseñor Ulloa Mendieta, reiteró “Estamos confiados que el Espíritu de Dios está trabajando en el corazón de todas las personas -creyentes y no creyentes- y Él es el que hará posible que un día todos podamos reencontrarnos también en ese abrazo del perdón y de la hermandad”.
Aunque han trascurrido 32 años, es imposible ser indiferentes y mucho menos insensibles al escuchar el clamor de las víctimas y de los familiares de los fallecidos a causa de la invasión. El Arzobispo de Panamá alto y claro señaló que la “Comisión Especial 20 de diciembre de 1989” tiene la gran responsabilidad histórica de esclarecer y ofrecerle al pueblo panameño la verdad de lo sucedido durante la invasión de Estados Unidos a este suelo istmeño.
