La presencia de la Virgen de Guadalupe representa una fuente de fuerza inagotable
En la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, patrona de México y Emperatriz de América, el Arzobispo de Panamá en la Eucaristía expresó “La presencia de la Virgen de Guadalupe en esa época y a lo largo de la historia de la Iglesia Católica en América, representa una fuente de fuerza inagotable, capas de renovar una y otra vez el impulso evangelizador frente a la realidad que vive la Iglesia y que no es distinta a la que se vivía en 1531.
Monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, durante la Misa campal en la parroquia Ntra. Sra. de Guadalupe en Calle 50, dijo que será necesario que podamos volver a nuestra Señora, para que sea Ella la que nos impulse y siembre en todos el espíritu misionero.
Aprovechó para pedirle a la Emperatriz de América, “Pidámosle nos escuche y que nosotros podamos escucharle y obedecerle en la tarea que ella nos envía, sin miedo digámosle a la Virgen, ‘ Madre mía, niña mía, ayúdanos y guía nuestros pasos por el sendero de la santidad en este tiempo de gracia, de espera, en Adviento”.
Nuestra Madre, desde sus apariciones se convirtió en la protagonista y artífice de la reconciliación entre nativos y españoles, entre las culturas originales y la cultura occidental; La Virgen Nuestra Sra. de Guadalupe, es el catalizador del mas rico y floreciente mestizaje, la prueba de que el Evangelio puede hundir sus raíces en las culturas, humanizarlas y coronarlas de grandeza y con el sello indeleble para todos, reiteró Mons. Ulloa.
“Permítenos Virgen de Guadalupe, manifestarnos con la sencillez de nuestro hermano Juan Diego, para merecernos dignos de tu mirada misericordiosa y llena de amor, ahora somos los Juan Diego de nuestra vida con las situaciones que nos afligen, con una forma de vida que poco a poco nos va enfermando y llevando a la muerte y con la esperanza de vernos favorecidos por Dios”, manifestó el Arzobispo de Panamá.
