Voluntariado de la Pastoral de Comunicación y de la Comisión de Justicia y Paz de la Diócesis de Penonomé, dan la milla extra en la Mesa Única de Diálogo
Laicos y jóvenes que forman parte del voluntariado de la Pastoral de Comunicación y de la Comisión de Justicia y Paz de la Diócesis de Penonomé, son los encargados de la logística de la Mesa Única de Diálogo Nacional que se desarrolla en el Seminario Cristo Sembrador; quienes en representación de la Iglesia Católica y desde su pobreza han instalado una sala de prensa y un anfiteatro para que los periodistas católicos y seculares e integrantes de las alianzas, puedan seguir con detalle lo que pasa en la mesa.
El joven Nathaniel Nurse, voluntario de la Pastoral de Comunicación de la Diócesis de Penonomé, señala “me encargo de llevar todo el sistema audiovisual de la Mesa Única del Diálogo, con el apoyo de producción del Canal de televisión pública de Panamá, operado por el Sistema Estatal de Radio y Televisión SERTV, desde que esta se instaló hasta el momento.
Jeremías Cedeño, quien es miembro de la Comisión de Justicia y Paz de la diócesis de Penonomé, “tanto jóvenes como laicos hemos atendido el llamado de nuestro obispo de Penonomé, en el que hemos dado respuesta, en las partes de seguridad, alimentación, orden y limpieza además de la instalación de la sala de prensa para los medios de comunicación, para que el proceso se lleve con el debido orden y un buen diálogo, porque se están utilizando las instalaciones de la Iglesia.
En cuanto a la Sra. Elia Valdéz, encargada de la logística, la Comisión de Justicia y Paz de la diócesis de Penonomé, expresó “somos un equipo no muy grande, pero nos apoyamos mucho como laicos, estamos comprometidos apoyando al obispo”. Según la voluntaria, Mónica Sánchez, “somos la parte mediadora o facilitadora tratando de manejar ese compromiso que tenemos como Iglesia con el pueblo. Hay que orar mucho por los gobernantes y gremios para que en esta mesa sé dé al fin lo que nuestro pueblo está esperando”.
El joven Gerardo Ruíz, comenta “me integré hace ocho días a apoyar en la limpieza, mantener el orden y en la seguridad cuando las personas salen e ingresan al centro. Es un trabajo bastante pesado, por el tiempo que se invierte de casi todo el día hasta horas de la madrugada, pero muy contento, dándole gracias a Dios porque nos da la fortaleza todos los días para seguir brindando este servicio”.
