Homilia Domingo de la Solemnidad de la Asuncion
Homilía Solemnidad de la Asunción de la Virgen María
Catedral Basílica Santa María La Antigua
Mons. José Domingo Ulloa Mendieta osa
Domingo 15 de agosto de 2021
En la vida de San Óscar Romero la figura de la Virgen María siempre estuvo presente. En la homilía del 15 de agosto de 1977, solemnidad de la Asunción de María, el arzobispo mártir afirma:
“La asunción en cuerpo y alma de la Virgen al cielo no es una opinión piadosa. Es un dogma de fe, el más reciente (…) El mensaje, pues, de este día es muy oportuno, porque ese viaje de María en cuerpo y alma al cielo, es el índice más vigoroso a toda la humanidad para decirles que no está en esta tierra el destino del alma y del hombre que busca la verdadera felicidad, que hay un reino de los cielos definitivo, más allá de nuestras vidas, pero que se conquista precisamente trabajando en esta vida, entregándose al cumplimiento de los designios de Dios; así como María hizo de su vida terrenal un cumplimiento exacto, una colaboración íntima con el divino Redentor para salvar al mundo”.
Por eso la solemnidad de la asunción de la Virgen María al cielo es una festividad que nos habla del futuro que nos espera. Esta es una conmemoración que surge de la fe en la resurrección de Cristo y de la promesa de la resurrección de los muertos en Él. Por esta razón, María representa y anticipa en su persona lo que creemos de la Iglesia en su conjunto y declaramos en el credo: “Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro”.
Es un hecho que nadie ama lo que no conoce, por lo que es importante que cada bautizado pueda conocer por dentro nuestra fe y nuestra iglesia.
Solidaridad con nuestros hermanos de Haití y Nicaragua
Manifestamos nuestra cercanía, solidaridad y oración por el pueblo y la Iglesia de Haití, por las pérdidas humanas y los daños materiales ocasionados por la tragedia del terremoto, que el Señor sea la fuerza y la solidaridad internacional se convierta en esperanza, en esta hora de incertidumbre y dolor, pues esto se suma a la crisis social, económica y política que viven.
Oramos también por nuestros hermanos y hermanas de Nicaragua están atravesando una crisis muy severa, que está afectando al pueblo y debilitando cada vez la convivencia pacífica.
No podemos ser indiferentes ante esta dolorosa situación, en la que la Iglesia Católica en Nicaragua, ha sido perseguida, vejada y avasallada. Oremos por el pueblo de Nicaragua y la Iglesia que peregrina allí, para que se encuentren los caminos del diálogo y que la escucha permita encontrar la solución a la graves crisis que viven.
† JOSÉ DOMINGO ULLOA MENDIETA, O.S.A.
ARZOBISPO METROPOLITANO DE PANAMÁ
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