Este gran obra de Dios se realizó gracias a nuestra Madre María Santísima y a las oraciones
PANAMÁ. 1 DE FEBRERO DE 2020. “Es un día de gozo para que volvamos a contemplar a nuestra Madre María, haciendo memoria agradecida porque celebramos un año de que el Papa Francisco, permitió la Jornada Mundial de la Juventud en este pequeño país y en esta Iglesia”, expresó el Arzobispo de Panamá en la Misa realizada en el Mirador del Pacífico en la Cinta Costera.
Agradeció a todos aquellos que se involucraron durante tres años, en esta obra de Dios; solo Cristo sabe cuántos frutos se siguen manifestado después de la jornada en este país, en Centroamérica, latinoamericana y en las diferentes partes del mundo; esto se debe a dos grandes eventos, al tener como intercesora a nuestra Madre María Santísima y por todas las oraciones.
Monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, agradeció a su santidad el Papa Francisco por depositar su confianza en este pequeño país, como también a los hermanos de Polonia por darnos el relevo y ahora nos toca pasarla a Portugal.
Durante el arduo trabajo realizado en tres años la Virgen María estuvo en el centro como intercesora, porque nuestra devoción a María nos permite poner en práctica que para poder apreciarla debemos amar; porque nuestra fe a ella no está basada en una devoción mariana, recalcó monseñor Ulloa.
“Ningún grupo mariano exalta más a María, solo somos continuadores de la gran obra de Dios, porque fue el Señor quien la eligió y quien la colmó de gracia; es el orgullo de la raza humana, es la mejor obra maestra creada por él” dijo.
De acuerdo con monseñor Ulloa, María es única porque es la hija predilecta, la madre del Verbo Encarnado, es el Santuario viviente del Espíritu Santo, ella es nuestro orgullo, signo de nuestra esperanza, la que nos muestra el camino con su antorcha encendida, es el refugio de los pecadores, es lugar de encuentro y unidad para el pueblo de Dios.
Si queremos ser sus dicipulios, nuestro amor tiene que estar basado en hechos concretos porque ella en todo momento sigue siendo faro de esperanza, siempre espera la respuesta de sus hijos a través de la conversión, penitencia, corazones sencillos, recalcó.
No permitan que nadie les robe la esperanza, frente a las dificultades y que ante la cruz puedan mantenerse firmes, exhortó monseñor José Domingo Ulloa Mendieta.
Diferentes grupos marianos rezaron el Santo Rosario a nuestra Madre Santísima con el fin de reparar tantos agravios e injurias de personas, por todas aquellas blasfemias contra la Inmaculada Virgen María.
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