Mons. Ulloa, reconozcamos que la Misericordia de Dios es más grande que nuestros pecados
PANAMÁ. 19 DE ABRIL DE 2020. “Dios quiere que reconozcamos que su misericordia es más grande que nuestros pecados, para que podamos invocarlo a Él con confianza. Debemos recibir Su misericordia y dejar que ésta fluya a través de nosotros hacia los demás”, expresó el Arzobispo de Panamá, monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, en la misa de este domingo en que celebramos la fiesta de la Divina Misericordia del Señor, realizada en el Seminario Mayor San José.
Añadió, Jesucristo quiso que sus discípulos se distinguieran por el amor, la ternura y la misericordia. Por eso nuestro compromiso es ser el rostro visible y tangible del amor y de la misericordia de Dios.
Monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, recalcó que este domingo de la Divina Misericordia permitamos que el Señor penetre en nuestra vida y podamos experimentar el amor misericordioso que el Padre tiene por nosotros; y descubrir que no hay nada en nuestras vidas por la cual Dios deje de amarnos.
En este día recordamos el agua de nuestro bautismo al rociarnos hoy con ella, reconocemos que somos hijos amados de Dios, reconocemos nuestras faltas y nuestros pecado, dijo.
“Reanima la fe de este pueblo a ti consagrado, con la celebración anual de las fiestas pascuales, auméntanos los dones de tu gracia para que todos comprendamos mejor la excelencia del bautismo que nos ha purificado, la grandeza del Espíritu que nos has regenerado y el precio de la sangre que nos ha redimido”, señaló.
El Obispo de la Arquidiócesis, indicó que en medio de nuestro encierro en esta cuarentena que tenemos que cumplir, sabemos una gran verdad; el Señor Jesús traspasa no solo las paredes físicas sino que también una pared más infranqueable, la de cada uno de nuestros corazones.
En esta situación de “confinamiento” se ha puesto a valer la comunidad Iglesia doméstica. Nunca hasta hoy, en muchos lugares, la Pascua se ha celebrado en torno a la mesa familiar, presidida por el padre de familia; recalcó monseñor Ulloa, que algunos recordarán esto como gesto único y nos podíamos preguntar por qué los cristianos no hemos sabido o no nos han iniciado en las celebraciones domésticas más allá del rosario en familia; que no está mal, pero que no llega de riqueza como una celebración de la palabra o de una pascua en familia.
Monseñor Ulloa, pronunció las palabras en que el Papa Francisco, nos invita a que acojamos con confianza el mensaje que Jesús le dijo a Santa Faustina, “yo soy el amor y la misericordia misma, no existe miseria que pueda medirse con mi misericordia. Pero la respuesta de Jesús la desconcertó, hija mía no me has ofrecido lo que realmente es tuyo, ¿qué cosa había retenido aquella santa religiosa, Jesús le dijo amablemente, hija dame tu miseria, que es lo que nos pide el Señor.
Advertía el Papa Francisco, ahora mientras pensamos en una lenta y dura recuperación de la pandemia se insinúa justamente este peligro, olvidar al que se quedó atrás; el riesgo es que nos golpee un virus todavía peor, el virus del egoísmo indiferente que se transmite al pensar que la vida mejora si me va mejor a mi, Santa Faustina Escribió, “en un alma que sufre debemos ver a Jesús crucificado y no un paracito y una carga”.
El Señor nos ofreces la oportunidad de ejercitarnos en las obras de misericordia y nosotros lo hacemos en los juicios; ser misericordiosos implica pasar por ingenuos , le dijo Jesús, a Santa Faustina, “a menudo abusan de mi bondad y él le contesta no importa hija mia, no te fijes en eso tu siempre se misericordiosa”, dijo monseñor Ulloa.
La fe es un don, es una experiencia, un regalo de Dios, dichosos nosotros y Tomas que en medio de su incredulidad se encontró con nosotros, dijo el Arzobispo de Panamá.
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