Iglesia Católica preocupada por deportación de migrantes desde Estados unidos y México

Iglesia Católica preocupada por deportación de migrantes desde Estados unidos y México

Obispos y agentes de pastoral de Estados Unidos, Centro América y México señalaron lo preocupante el incremento de la deportación de migrantes en los últimos años.

De manera específica, los representantes de la Iglesia pidieron que  sea respetada  la dignidad de las personas migrantes y refugiadas y que cesen las actitudes y los discursos que exaltan “la discriminación, el racismo, el nacionalismo extremo y la xenofobia”. Otro aspecto relevante manifestado es la urgencia de crear protocolos regionales apra la atención, asistencia y protección a los niños, niñas y adolescentes migrantes.

Los agentes de pastoral, realizaron conferencia de prensa, el 3 de marzo, donde dieron lectura al comunicado, con la participación de monseñor David OConnell, Obispo Auxiliar de la Diócesis de los Ángeles, monseñor Uriah Ashley, Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Panamá, monseñor Pedro Hernández Cantarero, Obispo del Vicariato de Darién, monseñor Eusebio Elizondo, Obispo Auxiliar de seatle y Presidente de la Oficina de Servicios a Migrantes y Refigiados de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos y monseñor Diomedes Espinal De León, Obispo de Mao-Montecristi, de República Dominicana.

El Texto completo del Comunicado del Comunicado del VIII Encuentro Regional de Pastoral de Migrantes y Refugiados, realizado en Panamá del 29 de febrero al 3 de marzo de 2017.

Tomando en cuenta los diferentes momentos en que el Papa Francisco ha manifestado su preocupación por el fenómeno migratorio que ha alcanzado dimensiones globales y bajo el lema “Emigrantes y Refugiados nos Interpelan. La Respuesta del Evangelio de la Misericordia”, reunidos en la ciudad de Panamá, como una iniciativa que comenzó hace nueve años, los Obispos encargados de la Dimensión de Movilidad Humana de Canadá, Estados Unidos, México, países de América Central y El Caribe, junto con sus referentes, sacerdotes, religiosos y religiosas, laicos y laicas comprometidos, hacemos nuestra la  preocupación del Santo Padre y meditamos sobre esta realidad y lo que conlleva el sufrimiento de tantos hermanos y hermanas, así como también ponemos especial atención  en los desplazados y refugiados en América y en el mundo entero.

Las directrices del Año Jubilar de la Misericordia nos ayudan a meditar y nos urgen dar respuestas concretas para apoyar y acompañar a estos hermanos nuestros en su situación migratoria.

Nos preocupa la deportación de migrantes, que se ha  incrementado en los ultimos años desde Estados Unidos, México y los otros países de la zona, que rompen con la unidad familiar, siendo las personas deportadas víctimas de la violencia sistemática: extorsiones, grupos y personas organizadas para el crimen y tráfico de personas, exponiéndolos a un doble sufrimiento al regresarlos al mismo seno de abuso que los forzó a migrar.

Para nosotros la mayoría de ellos son refugiados  que requieren ser reconocidos como tales, porque se ven forzados a migrar e ir en busca de la salvaguarda de su vida. El Santo Padre nos habla de la necesidad de “Abrir las puertas a los migrantes y refugiados, de acoger a Dios en ellos” pues  todos estamos llamados a contemplarlos con los ojos misericordiosos del Padre.

EL Santo Padre Francisco ha insistido en el derecho que tiene toda persona a migrar para buscar mejores condiciones de vida, pero también en el derecho a no tener que migrar, por eso pedimos que los estados respeten los derechos fundamentales de las personas: a la alimentación, salud, educación, trabajo digno, vivienda y seguridad ciudadana.

Reconocemos ante todo, la independencia y soberanía de los países y su derecho a proteger sus fronteras, pero denunciamos los abusos cometidos en contra de las personas migrantes,  sobre todo de las refugiadas, quienes por su situación de vulnerabilidad nos urgen a garantizarles el respeto a su vida y dignidad.

Iluminados por el Evangelio, tomando en cuenta el amor misericordioso del Padre y, partiendo de la reflexión suscitada durante este encuentro, manifestamos nuestra solidaridad con las personas migrantes y refugiadas y recomendamos:

 

  1. a)Que los obispos, sacerdotes, religiosas y religiosos, laicos comprometidos y personas de buena voluntad continúen cultivando y promoviendo la cultura del encuentro, la hospitalidad y la acogida fraterna.
  2. b)Que sea respetada  la dignidad de las personas migrantes y refugiadas y cesen las actitudes y los discursos que exaltan “la discriminación, el racismo, el nacionalismo extremo y la xenofobia”.
  3. c)Que haya alternativas a las detenciones y deportaciones de niños, niñas y adolescentes migrantes, principalmente a aquellos con necesidad de protección internacional.
  4. d)Que en los países de origen, tránsito y destino se reconozca la violencia generalizada como una de las principales causas de la emigración irregular.
  5. e)Urgimos la creación de protocolos regionales para la atención, asistencia y protección a niños, niñas y adolescentes migrantes.
  6. f)Que los gobiernos garanticen el ejercicio de los derechos laborales de los trabajadores migrantes.
  7. g)Que las autoridades hagan lo necesario para garantizar la unidad de las familias migrantes.
  8. h)Que los gobiernos garanticen el debido proceso de los migrantes que son detenidos por largos periodos de tiempo antes de ser deportados.

Agradecemos especialmente las decisiones que se han venido tomando ante la situación de los cubanos migrantes en los países que los han acogido y ayudado.

Invitamos y exhortamos a todos los cristianos y personas de buena voluntad a seguir respetando y construyendo una sola familia humana en donde haya cabida para todos.

A nuestros hermanos migrantes y refugiados queremos expresarles nuestra comprensión y solidaridad y también la seguridad que brota de nuestra fe cristiana, de que en su duro camino no están solos: los acompañamos en el Dios que es amor y que quiere para ustedes una vida digna y feliz.

Que nuestra Señora Santa María La Antigua nos acompañe e inspire a todos sentimientos de bondad, acogida y misericordia para nuestros hermanos y hermanas migrantes.

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