En esta Noche Santa, el Niño Jesús encuentre en el convento de nuestro corazón un hogar

En esta Noche Santa, el Niño Jesús encuentre en el convento de nuestro corazón un hogar
Desde el silencio, la contemplación, la oración y el claustro en el Monasterio de la Visitación de Santa María, ubicado en Las Cumbres, el arzobispo de Panamá, monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, celebro con profundo gozo la Santa Eucaristía de preparación para la Navidad. Durante la celebración, expresó su deseo de que, en esta Noche Santa, el Niño Jesús encuentre en el convento de nuestro corazón un hogar encendido por la oración, la fidelidad y el amor escondido, donde el silencio interior de la fe, purifique la espera.
Durante la Liturgia, monseñor Ulloa, destacó que esta celebración enseña a saber velar y no nos conduce al ruido de la fiesta, sino al verdadero recogimiento que brota del corazón, propio de la vida contemplativa: la vigilancia amorosa, la espera orante y la fe. Señaló que está una Liturgia nos introduce en la escuela del silencio; no de un silencio vacío, sino del vivido por María en Nazaret y por José, quién confió aun sin comprenderlo todo.
En su homilía, el arzobispo subrayó que la Misa celebrada en la mañana del 24 de diciembre, adquiere un significado especial en este Convento, ya que la vida contemplativa no improvisa la Navidad, sino que la prepara desde lo más profundo del corazón. Las religiosas contemplativas viven de manera concreta lo que la Liturgia presenta en este día, que Dios no se recibe desde la prisa, sino desde la disponibilidad interior.
“El Niño Jesús no nace donde existe la ansiedad ni donde hay ruido.  Dios nace donde hay espacio, escucha y humildad.  Por eso, la vida contemplativa no es un adorno de la Iglesia, sino su corazón palpitante.  Aquí, en este Convento, la Navidad encuentra un hogar preparado desde hace años en la fidelidad cotidiana, la oración, el amor y el silencio”, afirmó.
Recalcó, que esperar es un acto profundamente activo, que no consiste en cruzarse de brazos, sino en abrir el alma. Esperar es creer que Dios cumple su promesa, incluso cuando todo parece pequeño, frágil o invisible.  Dirigiéndose a las Hnas. de clausura, destacó que ellas lo viven cada día: mientras el mundo corre, ellas permanecen; mientras muchos buscan signos espectaculares, ellas custodian la lámpara para mantenerla encendida.
Al finalizar la celebración y con motivo de su cumpleaños este 24 de diciembre, el arzobispo agradeció a Dios por el don de la vida, recordando de manera especial a sus padres, Don Dagoberto y doña Clodomira, a quienes reconoció como fundamento de su vocación y de su ministerio sacerdotal y episcopal.
La Eucaristía contó con la presencia del P. Venancio, de la Orden de San Agustín, Capellán del Convento de la Visitación; P. Fernando Fontane, Párroco de esta Parroquia San Juan María Vianney, Alcalde Díaz; religiosos de la Congregación de Misioneros Claretianos; religiosas de las Congregaciones: Betlemitas, Franciscana, de Inmaculada Concepción y Oblatas.
 
Panamá, 24 de diciembre de 2025.
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