Después de 29 años seguimos de duelo por la invasión
“Esta herida sufrida hace 29 años, un miércoles 20 de diciembre de 1989, aún permanece abierta, aún se desconoce cuantas vidas se perdieron; sabemos de las miles de víctimas pero necesitamos saber la verdad sobre los hechos que se dieron alrededor de este doloroso acontecimiento”, expresó el Arzobispo de Panamá, monseñor José Domingo Ulloa Mendieta.
“Continuamos en duelo, porque aún duele como si el tiempo no hubiera pasado, seguimos llorando a nuestros muertos, queremos saber dónde están sepultados los fallecidos de esta invasión”, recalcó.
Para la Iglesia Católica en Panamá es imposible permanecer insensibles, al escuchar a las víctimas de la invasión, ver las escenas dantescas de cómo quedó nuestro país, no solo en la ruina material, lo más triste fue la ruina moral, indicó Mons. Ulloa.
El arzobispo Ulloa, afirmó que la sangre derramada en la invasión clama al cielo por justicia, libertad y dignidad; y por eso después de 29 años recordando esta historia, “no podemos caer en los mismos errores del pasado.
Durante su homilía en la misa por Fray Javier Arteta (q.e.p.d.) y los fallecidos en la invasión norteamericana a nuestro país, monseñor Ulloa resaltó la figura deFray Francisco Javier Arteta, quie falleció recientemente y quien fue el párroco de esta parroquia de Nuestra Señora del Fátima al momento de la invasión.
Monseñor Ulloa calificó a al Fraile Arteta de “un misionero de la caridad” que se consagró en su entrega sin medida en su vida, pero de manera particular en la cumbre de la desesperación durante la invasión, en la que la agente acudía a este templo de la parroquia de Fátima, que fue la única estructura que se salvó en este barrio de El Chorrillo, de la destrucción y los bombardeos.
