Honras fúnebres de Natividad de Rodríguez, madre del P. Jorge Rivera
PANAMA, 31 DE AGOSTO DE 2020. En este día despidieron a Natividad de Rodríguez, madre del Presbítero Jorge Rivera, en la parroquia Inmaculada Concepción de La Chorrera, en una misa presidida por el arzobispo de Panamá, José Domingo Ulloa y concelebrada por el obispo de Chitré, Rafael Valdivieso, y sacerdotes.
En su reflexión el arzobispo Ulloa resaltó el valor de la maternidad, y de manera especial cuando se es madre de un sacerdote. Monseñor José Domingo indicó: “No voy hacer su panegírico. Todas las madres se lo merecen. Todas ellas han sido, son y serán verdadera comida y verdadera bebida para sus hijos e hijas. Lo que en este momento sí quiero con la ayuda de Natividad es volver a nombrar a Dios ahora que ella se ha muerto. En Dios ha vivido vuestra madre durante estos años y su vientre ha dado a luz a un sacerdote”.
Monseñor Ulloa recordó una antigua tradición que se realiza cuando fallece la madre de un sacerdote, relacionada con una toalla de lino blanca llamada maniturgium que es utilizada para limpiar las manos de nuevo presbítero después que son ungidas con óleo por el obispo.
Explicó que el óleo usado sobre las manos del sacerdote es sagrado, bendecido previamente por el obispo, de modo que “el manutergio, no puede desecharse en la basura. De allí se tomaron la costumbre de conservar estos paños de lino para presentarlos a sus madres durante su primera misa”.
Continuó señalando monseñor Ulloa que así se produjo la tradición que la madre conserva este paño de lino, en lugar seguro hasta el día de su muerte. “Luego, cuando su cuerpo es preparado para el funeral, el manutergio se deposita entre las manos de la madre. Entonces, la tradición piadosa cuenta lo que sucede cuando la madre del sacerdote llega a las nacaradas puertas del Cielo. Cuando llega a las puertas del Cielo, es acompañada directamente hasta Nuestro Señor. Nuestro Señor le dirá: ‘Te he dado vida. ¿Qué me has dado tú?’. Ella entregará el manutergio para luego responder: ‘Te he dado a mi hijo como sacerdote’. Y con ello Jesús le concede la entrada en el paraíso”.
En esta celebración recordamos esta tradición porque estamos seguros que Natividad está en el paraíso, por su bendecida maternidad, afirmó el arzobispo Ulloa.
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