La Iglesia en Panamá reafirma que custodiar a la familia es custodiar el futuro del país

La Iglesia en Panamá reafirma que custodiar a la familia es custodiar el futuro del país
En el marco de la Fiesta de la Sagrada Familia, celebrada este domingo 28 de diciembre en el histórco templo de la Parroquia Cristo Redentor, el arzobispo de Panamá, monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, O.S.A., afirmó que el deber del Estado y de la sociedad es crear las condiciones reales para que las familias puedan vivir con dignidad, subrayando que “custodiar a la familia no es paternalismo, es proteger la principal célula de la sociedad y el fundamento del bien común”.
Ante numerosas familias y agentes de la Pastoral Familiar, el arzobispo Ulloa recordó que cuando la familia es protegida, toda la sociedad se fortalece, y advirtió que cuando se le ignora o se le debilita, las consecuencias sociales recaen especialmente sobre los más pobres. En este sentido, insistió en la necesidad de políticas públicas que garanticen trabajo digno, educación de calidad, acceso a la salud, vivienda y seguridad, no como concesiones, sino como una responsabilidad ética y social.
Monseñor Ulloa expresó también una profunda gratitud por las familias panameñas reales, que sostienen el país en medio de dificultades económicas, sociales y afectivas. Reconoció la entrega silenciosa de padres, madres, abuelos y abuelas que, muchas veces en condiciones adversas, siguen siendo el primer espacio de contención, educación y transmisión de valores. “La familia nunca ha sido perfecta, pero sigue siendo insustituible”, afirmó.
Con claridad pastoral, el arzobispo Ulloa abordó los roles familiares que hoy se debilitan o no se quieren asumir, alertando sobre una confusión que afecta directamente a los niños y jóvenes. Señaló que se ha extendido la idea de que los padres deben ser solo “amigos” de sus hijos, renunciando a su responsabilidad de orientar, educar y corregir con amor. “Los hijos no necesitan padres que compitan con ellos, sino padres que los amen, los guíen y les den seguridad”, subrayó.
Asimismo, destacó el papel irremplazable de los abuelos y abuelas, cuya experiencia y presencia siguen siendo un pilar en muchos hogares, y advirtió que cuando los adultos renuncian a su identidad y responsabilidad, los más vulnerables quedan desorientados. Reafirmó que la autoridad bien ejercida no oprime, sino que protege, acompaña y forma.
El arzobispo Ulloa recordó que la familia es la primera escuela de humanidad, donde se aprende el respeto, la honestidad, la solidaridad, el perdón y la fe, y advirtió que no puede construirse una sociedad justa si estos valores no se cultivan en el hogar. “No habrá paz en las calles si no hay reconciliación en las familias”, afirmó.
Al concluir, el arzobispo confió las familias panameñas a la Sagrada Familia de Nazaret e hizo un llamado a renovar el compromiso común de cuidarlas y fortalecerlas. “Si queremos un Panamá más humano, más justo y solidario, debemos comenzar por fortalecer la familia”, reiteró, recordando que cuidar la familia es cuidar el futuro de la nación.
Panamá, 28 de diciembre de 2025.
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