Homilía en la Festividad de Jesús Nazareno de Atalaya “Peregrinos de Fe y Esperanza”

Homilía en la Festividad de Jesús Nazareno de Atalaya “Peregrinos de Fe y Esperanza”

Homilía en la Festividad de Jesús Nazareno de Atalaya
“Peregrinos de Fe y Esperanza”
Monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, O.S.A.

Parroquia San Miguel Arcángel de Atalaya, Basílica Menor Jesús Nazareno
Primer Domingo de Cuaresma, 9 de marzo de 2025

Queridos hermanos y hermanas en Cristo:

Hoy, a los pies de Jesús Nazareno de Atalaya, recordamos que hace cinco años recibimos la noticia sobre el primer fallecimiento por el Covid 19. A partir de ese día hombres y mujeres murieron solos, sin poder despedirse de sus seres queridos.

En esta eucaristía, queremos orar por todas aquellas personas que fallecieron durante la pandemia, queremos rezar por sus almas, pero también por sus familiares, que no pudieron volver a verlos con vida. En este templo jubilar, del Santuario de Jesús Nazareno, queremos ganar la indulgencia plenaria para todos estos fallecidos.

Al encontrarnos ante la imagen centenaria de Jesús Nazareno de Atalaya, como lo hemos hecho durante tantos años, venimos a reafirmar que somos peregrinos en esperanza, caminantes en busca de Jesús. Cada Jubileo es una invitación a salir de nuestra comodidad, y hacer un alto en el camino de la vida para redescubrir el rostro de Cristo. Hoy, con nuestros pies cansados, pero con el corazón ardiendo, venimos a buscarle.

Queridos hermanos y hermanas, vivimos en tiempos donde muchos se sienten desanimados y sin rumbo. Y aunque experimentemos crisis, sufrimientos, dificultades personales y colectivas, hoy la Palabra de Dios nos recuerda una verdad fundamental: ¡La esperanza no defrauda! Porque la esperanza cristiana no es un simple deseo optimista ni una ilusión pasajera. Es una certeza basada en la fidelidad de Dios, que nunca abandona a sus hijos.

Nuestra esperanza no está en las circunstancias, sino en quién es Dios. Él es fiel a sus promesas. A lo largo de la historia, Dios ha cumplido lo que ha prometido. Si Él ha sido fiel en el pasado, lo será también en nuestro presente y futuro.

CUANDO LA ESPERANZA PARECE DESVANECERSE
A veces, como los discípulos de Emaús, podemos sentirnos desilusionados, como si todo estuviera perdido. Ellos creían en Jesús, pero la cruz los dejó sin esperanza… hasta que Jesús caminó con ellos y les abrió los ojos.

También nosotros, en momentos de dolor o incertidumbre, podemos pensar que Dios nos ha abandonado. Pero Él sigue a nuestro lado, aunque no lo reconozcamos. Por eso, sin importar la situación que vivamos, su presencia nos da la certeza de que nunca nos deja solos.

Jesús Nazareno nos recuerda que la cruz no es el final. Dios puede sacar vida incluso de lo que parece una derrota.

Abramos los ojos a su presencia. Como los discípulos de Emaús, necesitamos reconocerlo en la Eucaristía, la comunidad y su Palabra, para ser testigos de la esperanza.

• Con nuestras palabras: Animemos a quienes están desalentados, recordándoles que Dios tiene un plan para ellos.
•Con nuestras acciones: Mostremos con nuestra vida que confiamos en Dios, incluso en medio de las pruebas.
•Con nuestra oración: La esperanza se fortalece en la comunión con Dios.

Muchos no comprenden esta peregrinación, pero en esta imagen centenaria venimos a ver el rostro de Cristo, que se hizo uno de nosotros. En su rostro sereno, redescubrimos el mensaje del artesano que lo esculpió: El Dios humanado que nos redime y nos transforma en “hombres nuevos y mujeres nuevas”.

A Atalaya acudimos con fe, no por costumbre ni por turismo. En el rostro de cada peregrino se refleja la alegría del encuentro con el Señor, y en los pies y el cuerpo cansados, la firme decisión de seguirlo. Aquí la fe se hace palpable, sencilla y profunda. Profunda, porque se cimienta en Cristo; sencilla, porque está llena de la sabiduría del creyente. Llegamos con fe y regresamos con el fruto más valioso de la Cruz: La experiencia del amor que todo lo puede.

El que tomó su cruz para salvarnos es el único que puede consolarnos en la incertidumbre. Su dolor y sufrimiento, asumidos por amor, nos aseguran que en Él encontramos descanso, no un descanso alienante, sino el que nace de la comunión con Él. Nos invita a hacer de nuestras cruces el yugo suave que nos fortalece para seguir creciendo en su amor.

UNIDOS EN LA FE, SIGAMOS ADELANTE
Que esta peregrinación fortalezca nuestro espíritu, renueve nuestra fe y nos haga más conscientes de nuestra misión como cristianos.

Que Jesús Nazareno nos enseñe a confiar, amar y avanzar con la certeza de que nunca caminamos solos. Como católicos en Panamá, optamos por la luz verdadera: la paz, la justicia y el amor.

Ante Él, reafirmamos nuestra fe y nos comprometemos a ser testigos vivos de su Reino, para que su fuerza transformadora llegue a nuestros hermanos. El Papa nos llama a hacer de este Año Jubilar mensajeros de esperanza para quienes sufren o han perdido la fe. Nos invita a mirar a los que sienten que todo les ha fallado y ser para ellos luz y buena noticia.

Como cristianos, estamos llamados a ser signos visibles del amor y la misericordia de Dios. Nuestra presencia, palabra y mirada deben transmitir esperanza, especialmente a quienes más lo necesitan: Los privados de libertad, los enfermos, los jóvenes, los migrantes, los ancianos, los pobres y las víctimas de la injusticia. Seamos portadores de luz y esperanza. Porque, como decía Charles Péguy, “sin esperanza, nuestro mundo no sería más que un inmenso cementerio.”

EN DEFENSA DE PANAMÁ
Vivimos tiempos de grandes cambios y crisis simultáneas que afectan al mundo, nuestra región y a Panamá. La confrontación geopolítica entre potencias como China, Estados Unidos y Rusia no solo busca hegemonía, sino el control de recursos vitales como metales, agua y tierras raras. La proliferación de conflictos armados es una realidad que no podemos ignorar.

En este escenario mundial, América Latina, llamada por San Juan Pablo II “el continente de la esperanza”, no puede conformarse con ser víctima o espectadora. Panamá ha sido blanco de ataques y cuestionamientos inaceptables, incluyendo la reciente afrenta de poner en duda nuestra soberanía sobre el Canal. Reiteramos que Panamá es soberana e independiente, y no aceptamos injerencias ni dudas sobre nuestro derecho a decidir nuestro futuro.

Rechazamos cualquier intento de minimizar el sacrificio de nuestra juventud el 9 de enero de 1964. La soberanía no se mendiga, se defiende. Es momento de alzar la voz y recordar al mundo que somos dueños de nuestro destino. La defensa de Panamá no es solo un discurso, sino un compromiso activo de cada ciudadano. Unidos, reafirmamos nuestro derecho a un país libre, soberano y justo.

Somos conscientes de los serios problemas que tenemos a lo interno del país, en el que las desigualdades son escandalosamente evidentes, porque han favorecido a unos pocos a costa del sufrimiento de la mayoría; y también seamos honestos, todos los sobresaltos que vivimos no es más que las consecuencias de lo que no hemos hecho bien.

La reforma de la Caja de Seguro Social es un ejemplo claro: El pueblo no quiere soluciones parciales ni intereses políticos ni económicos sobre el bien común, sino pensiones dignas, acceso equitativo a la salud y un sistema más humano y eficiente.

Como pueblo creyente, la esperanza nos impulsa a transformar las injusticias. Tenemos que cambiar la lógica de la imposición y la violencia, por un diálogo desde abajo, con todos los sectores, especialmente los históricamente excluidos. Que quienes tienen el poder de decisión es imprescindible que actúen con responsabilidad y visión de país.

EN LA TIERRA DEL P. HÉCTOR GALLEGO
En esta tierra, el Padre Héctor Gallego entregó su vida haciendo una opción radical por los pobres. Su lucha por la justicia y la organización de los campesinos en defensa de sus derechos lo convirtió en una amenaza para quienes querían perpetuar la opresión. Su desaparición fue un intento de silenciarlo, pero su testimonio sigue vivo, iluminando la esperanza de quienes buscan un mundo más justo y fraterno.

Tras más de cincuenta años de incertidumbre, el reabrir su caso es un acto de justicia y reconciliación y la posibilidad de conocer la verdad sobre su desaparición.
La Iglesia panameña ha exigido justicia no solo por Héctor, sino por todos los desaparecidos cuyas voces aún claman desde el olvido. ¿Dónde está Héctor? ¿Qué ocurrió realmente? ¿Dónde reposan sus restos? Estas preguntas deben ser respondidas para que la memoria y la dignidad prevalezcan sobre la impunidad.

La Iglesia ha reconocido a Héctor Gallego como mártir de la fe, un testigo del Evangelio y un modelo de entrega por los más vulnerables. Las causas que llevaron a su desaparición persisten, reflejando la injusticia social que enfrenta el campesinado. En Panamá, 200 mil panameños sufren de hambre, lo que pone de manifiesto la grave situación que viven muchas comunidades. Aquí están los rostros que animaron a Héctor, a vivir el evangelio.

La nueva encíclica del Papa Francisco Fratelli Tutti presenta la fraternidad y la amistad social a través de cuatro puntos claves hacia un mundo distinto: Economía Integrada en el proyecto político y social; procesos sociales de fraternidad y justicia para todos; amar el bien común y buscar efectivamente el bien; y caminos eficaces de desarrollo para todos

Héctor tu legado sigue vigente en la opción preferencial por los pobres y en el compromiso con la dignidad humana. Hacemos un llamado a quienes poseen información sobre su desaparición: que hablen, que liberen su conciencia, porque la verdad es el único camino hacia la paz verdadera.

INICIO DEL AÑO ESCOLAR
Este lunes 10 de marzo, damos inicio al año escolar. Queridos educadores, nunca olviden que cada semilla que siembran en el corazón de un alumno germina, aunque no siempre veamos los frutos de inmediato. Enseñar en tiempos difíciles es como sembrar en terrenos pedregosos, pero con paciencia y dedicación, la tierra se vuelve fértil. Dios se encarga de dar fecundidad a cada esfuerzo.

A nuestros estudiantes, le animamos a enfrentar este año con determinación y ganas de aprender. Su educación es el pilar del futuro de nuestra nación. Padres de familia, su rol es fundamental en este proceso. Cooperemos juntos para superar los desafíos y garantizar un aprendizaje integral para cada niño y joven.

Que el inicio de clases sea una oportunidad para renovar nuestro compromiso con la educación. Bendecido inicio de clases para todos.

Que María, nuestra Madre, nos acompañe en este peregrinar, y que Jesús Nazareno bendiga nuestras familias y nuestra comunidad.

Felicitaciones a monseñor José Dimas Cedeño
Queremos adelantarnos con respeto y admiración a la celebración por los 50 años de ordenación episcopal de monseñor José Dimas Cedeño Delgado. Medio siglo de entrega inquebrantable al servicio de Dios con sabiduría y fe y amor.

Querido monseñor José Dimas Cedeño Delgado, desde ya felicidades, que Dios le siga concediendo muchos años más de fecundo servicio.

 

† JOSÉ DOMINGO ULLOA MENDIETA, O.S.A.
ARZOBISPO METROPOLITANO DE PANAMÁ

 

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