Pontificado del Papa Francisco fortalecido con la fuerza del Espíritu Santo
Panamá. 13 de marzo de 2019. Han pasado seis años, desde aquel 13 de marzo de 2013, cuando fue elegido el primer Papa del continente americano, el primer jesuita, el primero con el nombre de Pobre de Asís. Podemos afirmar que con el Papa Francisco, Sucesor de Pedro número 266, está presente en la Iglesia Universal, el magisterio de la Iglesia en Latinoamérica y el Caribe.
Queremos subrayar algunos aspectos de su pontificado, más específicamente espirituales, que no siempre aparecen en las crónicas.
LA ORACION. Nos ha insistido el Papa Francisco que la oración es la base de la vida cristiana, más allá las palabras, significa estar con Dios; la verdadera oración es una relación viva, una experiencia cotidiana, hecha de escucha y diálogo, de consuelo y liberación, pero también de cólera.
ESPIRITU SANTO. Hace una continua invitación a dejarse cambiar por el Espíritu Santo, a menudo repite que la vida del cristiano es una conversión continua. El Espíritu Santo nos hace verdaderos evangelizadores, simplemente portadores de la Verdad hecha persona.
CASA PARA TODOS. Reitera que la Iglesia es un sacramento de salvación y por eso está llamada a ser siempre la casa abierta del Padre… La comunidad cristiana está llamada a convertirse en un buen samaritano para inclinarse sobre los hermanos y hermanas heridos que quedan a un lado del camino…
Durante los seis años de su pontificado, el Papa Francisco ha pronunciado más de 1000 homilías, de estas más de 670 en las Misas de Santa Marta; ha dado 264 catequesis en la audiencia general del miércoles sobre: el Año de la fe, el Credo, los Sacramentos, los dones del Espíritu Santo, la Iglesia, la familia, la misericordia, la esperanza cristiana, la Santa Misa, el Bautismo, la Confirmación, los Mandamientos, la oración del Padre Nuestro…
Ha presidido tres Sínodos, dos sobre la familia y uno sobre los jóvenes. Entre las numerosas canonizaciones realizados por él, recordamos a los tres Papas – Juan XXIII, Pablo VI y Juan Pablo II- ; la de Madre Teresa de Calcuta, de Monseñor Romero, los dos niños pastores de Fátima Jacinta y Francisco Marto; de los padres de Santa Teresa del Niño Jesús, de las dos místicas Ángela da Foligno e Isabel de la Trinidad.
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