Mensaje a los Educadores
Ya en 1923 la joven República de Panamá, hace notar la importancia de los educadores instituyendo el “Día de la Escuela y del Maestro” y de 1948 a 1958 celebramos el Día Internacional del Educador en septiembre; finalmente celebramos el Día del Maestro Panameño el 1 de diciembre por decreto ejecutivo del 14 de noviembre de 1958, con el objeto de reconocer al “instaurador de la educación pública en Panamá: Don Manuel José Hurtado, en su natalicio. Y ese decreto también propone estimular el reconocimiento público de la labor de los educadores panameños.
Vivimos en un mundo de desafíos en todas las áreas, principalmente en la educación, que es el corazón de las situaciones por resolver en el mundo. Y en la educación, los educadores son una fuerza motora importante.
Hoy hacemos reconocimiento a ese educador que siente y vive su vocación, que sigue la pedagogía de Jesús en un mundo cambiante que exige respuestas a la “emergencia educativa” que vive Latinoamérica y el Caribe, como dice el Documento Conclusivo de Aparecida.
Es el Educador que se distingue por un sabido y respetuoso acompañamiento al estudiante en función de su crecimiento y desarrollo integral, que impulsa todo su quehacer educativo.
Es el que responde a un deseo de excelencia profesional, reforzado a través del perfeccionamiento continuo. El que conoce y maneja las nuevas tecnologías al servicio de la buena educación de las nuevas generaciones.
Es el que presenta madurez humana y espiritual que se traduce en capacidades actitudes y exigencias, donde aflora su compromiso de fe. Aquél que como dice Papa Francisco: “también como Jesús, debe unir la verdad que enseña, cualquiera que sea el ámbito en que se mueva, con el testimonio de su vida, en íntima relación al saber que enseña”.
A ese educador de mi patria, hoy le rendimos admiración, cariño y apoyo.
Que Santa María La Antigua, patrona de Panamá y primera maestra de Jesús, les acompañe.
Pastoral Educativa Arquidiocesana
