Los cristianos debemos ser luz, hoy cuando interpelan nuestra soberanía y el Canal de Panamá
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Como cristianos, estamos llamados a ser luz en el mundo, especialmente en momentos de incertidumbre y desafío para nuestra historia y soberanía. La defensa del Estado, del Canal de Panamá y de nuestra identidad nacional exigen un compromiso firme, inspirado en la fe y en los valores que nos unen como nación, manifestó el arzobispo de Panamá, monseñor José Domingo Ulloa Mendieta.
En este contexto, exhortó a los panameños a mantenerse firmes en la unidad y en la defensa de la justicia, recordando que el pueblo ha sabido enfrentar los desafíos con determinación e inteligencia.
Durante la Santa Misa de este domingo 2 de febrero, en la Fiesta de la Presentación del Señor, monseñor Ulloa explicó que: “Así como Simeón, Ana y la Sagrada Familia asumieron su misión, nosotros, como bautizados, estamos llamados a ser luz en medio de la oscuridad”, destacando que Panamá debe superar las pruebas con dignidad y recordar que su verdadera fortaleza radica en la unidad y en la conciencia de que somos un solo territorio con una sola bandera.
Monseñor Ulloa, subrayó que esta celebración nos recuerda que el compromiso cristiano también implica la defensa de la soberanía y el buen nombre de Panamá. No solo se trata de proteger la nación de amenazas externas, sino también de luchar contra la corrupción, el “juega vivo”, la impunidad y la falta de justicia que impiden que las riquezas del país beneficien a toda la población.
“Hagamos del civismo una herramienta pacífica y poderosa para proclamar el respeto a nuestra Patria”, resaltó el arzobispo, instando a que en las comunidades, parroquias y hogares se fortalezca la educación cívica e integral. Es fundamental enseñar a las nuevas generaciones el valor de la soberanía, el sacrificio que implicó alcanzarla y la importancia de mantener vivo este compromiso.
Finalmente, monseñor Ulloa, pidió la intercesión de Nuestra Señora de la Candelaria para que ilumine y fortalezca a todos los panameños en la defensa de su soberanía. “Hoy más que nunca, debe brotar del corazón de cada panameño un ¡Viva Panamá libre y soberana!”, aseveró.
Recordando las palabras de San Juan Pablo II, el arzobispo concluyó: “Deshonrar a la Patria o atacar sus intereses legítimos es un pecado contra el cuarto mandamiento”. Panamá no depende de quienes la gobiernan, sino de quienes la aman, la defienden y se sienten orgullosos de su significado, concluyó.
Panamá, 2 de febrero de 2025.