La Iglesia espera canonización de la Beata Calcuta con una vigilia con oración y cantos
Con una eucaristía, presidida por Monseñor Manuel Ochogavía, obispo de Colón-Kuna Yala, comienza la Vigilia, en espera de la ceremonia de canonización de la Beata Teresa de Calcuta.
El Obispo Ochogavía, ante las religiosas misioneras de la Caridad acompañadas por los niños y ancianos del Hogar Bolívar así como de las comunidades que han estado de cerca colaborándoles, destacó que recordar la vida de la Madre Teresa “nos da alegría, por su ejemplo de libertad, de una mujer que no se dejó tocar por la vanidad del mundo, que supo vivir como eligió: vivir al servicio del más pobre, teniendo como único amparo a Cristo, porque no necesita más”.
En forma reiterativa cuestionó cuál es la motivación de quienes van al Hogar Bolívar: “Si es llevar una canasta de comida es para que me tomen una fotografía, entonces es una hipocresía”. Al describir la sociedad actual, recalcó que es consumista e injusta, que nos educa para tener, no para renunciar, donde vales por lo que más tienes, esta sociedad que nos lleva a tranquilizar la conciencia con pequeñas donaciones o gestos de caridad, pero no nos hace capaces de donar el corazón.
Advirtió que los cristianos tenemos que ser capaces de ser buen samaritano, de curar las heridas del que está herido en las cunetas, de aquellos desechados por la sociedad porque son considerados improductivos. Y añadió que quienes somos devotos a la Madre Teresa, debemos tener un corazón samaritano, como deben ser nuestras comunidades, nuestros apostolados, nuestras parroquias, en fin una Iglesia samaritana, que no busca seguridades en el mundo, que tiene como única seguridad a Cristo.
Preguntó “si estamos dispuestos a correr esta divina aventura, a ser una Iglesia samaritana, sin fotografías en las pagina sociales, que no se deja comprar por las vanidades del mundo”, al tiempo que pidió la intercesión de la Madre Teresa de Calcuta para que nosotros podamos ser una Iglesia en Caridad, una Iglesia que responda al clamor de Cristo “tengo sed”, que este sea el gran milagro que le pidamos en este año de la misericordia; que ella sea una luz que nos guíe y nos de el coraje que nos falta, la valentía que nos falta, para ir a los pobres y poder sanar sus heridas.
La vigilia en espera de la ceremonia de canonización continua con presentaciones de diversos grupos que han estado vinculados con las Misioneras de la Caridad.
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