Cristo Redentor es ahora un Templo Jubilar en San Miguelito
Cientos de fieles de grupos y movimientos laicales peregrinaron desde la entrada de Paraíso hasta la histórica Iglesia dedicada a Cristo Redentor, en San Miguelito, para la gran Apertura Jubilar del Templo. A partir del Miércoles de Ceniza, los fieles podrán ganar indulgencias plenarias al cumplir con lo establecido por la Santa Sede.
Animados bajo el lema “La Esperanza no Defrauda”, la peregrinación subió la conocida Loma del Cristo y al llegar a la puerta del templo, monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, arzobispo de Panamá, realizó los ritos introductorios de apertura. Luego de este acto, procedió a la bendición del agua y la aspersión a los fieles, recordándoles la importancia del sacramento del Bautismo y su significado para los cristianos católicos.
La Parroquia Cristo Redentor es el único templo en el Distrito de San Miguelito designado como Templo Jubilar durante este Año Santo. Es un espacio sagrado que se convierte en signo visible de la misericordia de Dios, un lugar de encuentro, reconciliación y esperanza, donde los feligreses podrán obtener la indulgencia plenaria al cumplir con lo establecido por la Iglesia católica.
Durante su homilía, el arzobispo Ulloa invitó a los fieles, en este Año Jubilar y durante la Cuaresma 2025, a “Confesar, contemplar y actuar”, son las tres palabras que ayudan a mantener vivo el encuentro con Jesús. Son tiempos para contemplar a Cristo, confesar que Él es nuestra esperanza y actuar como fruto de este camino cuaresmal y jubilar desde el corazón de Jesús, aseguró.
“Este Jubileo y la Cuaresma son tiempos propicios para convertirnos, acercarnos a Dios con un corazón contrito y renovarnos personal y comunitariamente”, indicó monseñor Ulloa.
La Iglesia, como madre, en estos dos tiempos abre sus brazos para acoger a todos sus hijos, buenos o malos, sanos o enfermos, especialmente a aquellos sumergidos en el pecado y que buscan desesperadamente salir de él. “¡No existe nada en la vida que Dios no esté dispuesto a perdonar!”, expresó monseñor Ulloa.
“Ninguna Cuaresma es igual”, afirmó, señalando que, aunque los signos utilizados para prepararse espiritualmente sean los mismos y los templos se revistan de color púrpura, cada año es distinto porque vamos creciendo en la fe y madurando en nuestro compromiso bautismal.
“La vida de cada cristiano comienza a cambiar cuando, en medio de las dificultades, tormentas, incertidumbres, enfermedades o ante la muerte, mostramos a la sociedad que nos sentimos amados por Dios y llenos de esperanza. Este es el objetivo de la Cuaresma y el Año Jubilar 2025”, recalcó el arzobispo Ulloa.
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