Con gran alegría, peregrinación y alabanzas catequistas de la Arquidiócesis celebraron su Jubileo de la esperanza

En un ambiente de fe, gozo y unidad eclesial, miles de catequistas de las cuatro zonas territoriales de la Arquidiócesis, que peregrinaron entre alabanzas y oraciones hacia la Catedral Basílica Santa María, para celebrar juntos su Jubileo, la Misa Jubilar presidida por el arzobispo de Panamá, José Domingo Ulloa Mendieta.
Con el tradicional sonido vibrante y solemne del ‘Shofar’, antiguo cuerno, utilizado en las festividades del pueblo Judio; que en esta oportunidad evocado por el P. Israel Ramos, director de la Sección de Catequesis de la Arquidiócesis, que guió a los miles de catequistas, quienes peregrinaron entre alabanzas y oraciones para pasar la puerta jubilar.
Animados con el lema “Catequistas peregrinos de esperanza enviados a sembrar la fe”, con gran gozo y esperanza, los catequistas procedentes de San Carlos hasta Chepo, participaron de una jornada de formación dirigida por la Hna. Rosmery Castañeda y el sacerdote salesiano David Panezo, y contó con la animación a cargo de Edwin ‘Polocho’ Barahona.
Durante la Eucaristía Jubilar, el arzobispo Ulloa, reflexión sobre la Parábola del Sembrador recordando a los catequistas que, aunque muchas veces parezca difícil, la semilla sembrada en tierra fértil siempre da fruto. “Ustedes conocen bien los terrenos difíciles: los corazones distraídos, los jóvenes atrapados por la tecnología, las familias que no acompañan, sin embargo, su misión es no dejar de sembrar.
Monseñor Ulloa Mendieta, destacó también que el rol del catequista es el primer rostro de la Iglesia, enviado allí donde la vida acontece, y donde la tarea es muchísimo más exigente al enfrentarse a tres grandes realidades como la indiferencia religiosa, la fragmentación familiar que debilita la trasmisión de la fe, y la cultura digital que ofrece múltiples voces, pero pocas certezas.
“Una clave para la catequesis del siglo XXI, es sembrar con paciencia, regar con oración y esperar con esperanza”, recalcó monseñor Ulloa, reiterando que gracias a Dios se está transformando ese chip de que la catequesis no es una escuela, que el catequista no es un maestro, y que no se debe hablar de primer y segundo nivel, y que deben ser más creativos en esa mala forma de anunciar el inicio de las catequesis. Asimismo, les exhortó “con las nuevas herramientas pedagógicas ustedes tienen muchas oportunidades como las redes de apoyo entre catequistas; itinerarios de formación permanente; este Jubileo una oportunidad para renovar su compromiso, creatividad y su fidelidad.
Dirigiéndose al Equipo Arquidiocesano de Catequesis, el arzobispo les instó para que desarrollen las formaciones mucho más personalizadas, y especialmente preparar un grupo de catequistas que esté dispuesto durante el año a iniciar las formaciones para aquellos que se acercan a los templos en diferentes épocas del año.
“Un catequista apagado, triste, rutinario o uno cuadriculado que todavía ve la catequesis como una escuela, eso no trasmite fe. Pero un catequista alegré, entusiasta y confiado en Dios, abre los corazones y deja una huella imborrable.
A los responsables de la Sección de Catequistas de la Arquidiócesis, especialmente les dejo como meta lograr que las parroquias que cuentan con un gran número de catequistas, apoyen como padrinos y madrinas a aquellas capillas pobres de las periferias existenciales, para que también cuenten con catequistas formados, porque la solidaridad también es un valor. Para el año 2026, se inicien los encuentros de los jóvenes que se preparan para recibir el Sacramento de la Confirmación, que serán por zonas Pastorales cada con una esa temática especial de la vocación.
Monseñor Ulloa, alto y claro solicitó a los consejos económicos parroquiales, a partir del año 2026, cada parroquia deberá pagar las formaciones de sus Catequistas; porque “si el catequista está representando a sus comunidades y ofreciendo un servicio gratuito, esto no es negociable”.
A los catequistas con larga trayectoria, entre 20 y 30 años de servicio y misión, el arzobispo los animó formar a sus sucesores con responsabilidad, porque “ninguno de nosotros es eterno, ya realizaron su misión y anímense a apoyar en otra pastoral”.
Antes de finalizar monseñor Ulloa, expresó su agradecimiento a todos los Catequistas de la Arquidiócesis y al Equipo Arquidiocesano de Catequesis, como Iglesia por el servicio que realizan como educadores en la fe de forma gratuita. Antes de enviarles a sus comunidades les colocó bajo la protección de Santa María la Antigua, nuestra Madre y Patrona, y los animó regresen a sus comunidades con ese corazón lleno de esperanza, con la certeza de que Cristo camina con a su lado y no se cansen de ser sembradores de la fe, testigos de la alegría y sobre todo artesanos de la esperanza”.
Animados bajo el lema: “Catequistas peregrinos de esperanza enviados a sembrar la fe”, arzobispo señaló que el Jubileo es para que toda la comunidad cristiana de cada una de las parroquias, tome conciencia del papel tan importante que cada de ustedes Catequistas realizan en medio de nuestra Iglesia en Arquidiocesana.
Catequistas testigos y artesanos de la esperanza
María José Blanco, catequista de Confirmación, de la Vicaría San Juan Bosco, Zona de El Carmen, comentó que “ha sido una experiencia muy gratificante compartir este Jubileo con tantos catequistas. Ser formadores en la fe y peregrinos en la esperanza significa acompañar a niños,
jóvenes, padres de familia y adultos que se acercan por primera vez a nuestras parroquias. Es romper estereotipos y acoger a cada uno con una catequesis personalizada, porque no todos llegamos con la misma base de fe.
Karelia Peña, con 28 años de experiencia como catequistas en dos parroquias y actualmente la Parroquia la Ascensión del Señor, en Mañanitas, dijo “he tenido la dicha de servir en diferentes áreas de la catequesis: infancia misionera, catequesis familiar, primera comunión y confirmación. Al principio me costó adaptarme a esa nueva forma, de que la catequesis no es una escuela, pero hoy puedo decir que es emocionante formar a niños que conocen a Dios no por obligación o evaluación, sino desde el testimonio personal”.
Para Diocelina Rodríguez, Catequista de Primera Comunión, en la Parroquia Inmaculada Concepción, Veracruz, expresó “atendí el llamado del Señor en 2007, sin experiencia previa, motivada por mi hija, quien asistía a catequesis de comunión. Deseo seguir formándome más en la Palabra de Dios, porque es la base de todo cristiano. Desde nuestro testimonio, podemos lograr que más niños conozcan a Cristo”.
Panamá, 21 de septiembre de 2025.
Revive la transmisión de la Misa del Jubileo de los Catequistas ⛪️
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