Avances significativos para fortalecer la pastoral presbiteral
PANAMÁ, 11 DE AGOSTO DE 2019. Unos noventa sacerdotes de la arquidiócesis de Panamá, durante su retiro anual del clero trabajaron en el plan de fortalecimiento de la pastoral presbiteral, durante los días del 5 al 9 de agosto, en el Centro de Espiritualidad Monte Alverna, bajo la orientación de monseñor Julio Botía, especialista en este campo del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM).
El Arzobispo de Panamá, José Domingo Ulloa Mendieta, agradeció a monseñor Julio Botía, “quien nos ayudó en estos días de retiro a profundizar en la fraternidad sacerdotal, a encontrarnos con nosotros mismos, con nuestros hermanos y especialmente con Dios; para que juntos sigamos haciendo la misión que Dios nos ha encomendado”.
Las palabras del arzobispo Ulloa se dieron en el contexto de la misa realizada el 8 de agosto, por la Jornada de Santificación Clero, en la que dio gracias a Dios por los arzobispos que han dirigido pastoralmente la Arquidiócesis en los últimos años: Francisco Beckman, Tomás Clavel, Marcos Gregorio McGrath y José Dimas Cedeño Delgado.
En esta Jornada de Oración por la Santificación del Clero, agregó el arzobispo Ulloa, “nos hace sentir que no estamos solos, que vivimos nuestro ministerio en una profunda unión, con Dios y nos permite reanimar el don recibido en nuestra ordenación sacerdotal que ha hecho de nosotros servidores de la misericordia”.
Explicó la importancia de la oración en la vida del sacerdote, por lo que imploró al Señor que “no seamos sordos a tu voz, que no seamos sordos a lo que Tú nos hablas especialmente a cada uno a través de la oración”.
Monseñor Ulloa resaltó la responsabilidad de los laicos católicos en orar constantemente por los sacerdotes para que caigan en la tentación, para hacerlos fuertes en los momentos de debilidad, de sufrimiento y de aflicción; para agradecer al Señor por tantas gracias recibidas.
“Sin pastores nuestras comunidades quedarán excluidas del don de la Eucaristía, porque la Iglesia vive de la Eucaristía y sin Eucaristía no hay Iglesia, y sin sacerdotes no hay Eucaristía”, concluyó el Arzobispo Metropolitano.
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