Arzobispo Ulloa celebró la Misa Crismal y junto al clero arquidiocesano renovaron sus promesas sacerdotales
Monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, arzobispo de Panamá, presidió la Misa Crismal en la Catedral Basílica Santa María la Antigua, uno de los momentos más significativos de la liturgia para la Iglesia Católica, en el que se bendice el Santo Crisma y consagran los Santos Óleos, un acto de fe que tiene su lugar ordinariamente en la Semana Santa, el jueves Santo. Un día especial también para el Clero Arquidiocesano porque se congregaron, renovaron sus votos y promesas sacerdotales.
Concelebraron el P. Carlos Mejía, (Vicario General de la Arquidiócesis), y el P. Efraín de León (Vicario de Pastoral de la Arquidiócesis). Acompañaron los Vicarios Episcopales de las cinco zonas pastorales de la Arquidiócesis, religiosas y el pueblo de Dios.
Bendición del Santo Crisma
Monseñor José Domingo Ulloa Mendieta ungió el Santo Crisma, el cual será utilizado como sello espiritual para consagrar en los sacramentos: en las ordenaciones sacerdotales, confirmaciones, bautizos, consagración de altares e Iglesias; también para la consagración de las campanas, para consagrar nuestros cuerpos, e irradiar en la propia vida la santidad de Dios.
Luego bendijo el Óleo de los Enfermos, que se utiliza como remedio de las dolencias del alma y del cuerpo de los dolientes como protección y el alivio de Dios, recalco Monseñor Ulloa Mendieta.
Y finalmente se bendice el Óleo de los Catecúmenos, es empleado para dar fuerzas a los que van a recibir el Bautismo y puedan renunciar al diablo, al pecado y a todo lo que nos aparta de Cristo.
El arzobispo José Ulloa Mendieta en su homilía exhortó: ¡Abramos una vez más nuestro corazón a Cristo! Hagamos memoria y descubramos la acción generosa del Espíritu Santo en el pasado y en el presente de nuestra Iglesia Arquidiocesana, de nuestras comunidades y de cada uno de nosotros.
Nuestro sueño de 2023 es que el pueblo de Dios que peregrina en la Arquidiócesis de Panamá, en este tiempo marcado por el Sínodo de la Sinodalidad estamos desafiados a escuchar y a escucharnos permanentemente”, pide Monseñor José Ulloa Mendieta, reiterándoles “que las tareas administrativas no ahoguen nuestra identidad de pastores ni nuestra misión de encarnar a Cristo en medio del pueblo. Deleguemos funciones, confiemos en los laicos, involucrémoslos, tomémoslos en cuenta también para la buena marcha funcional de la parroquia, así tendremos más tiempo para salir, para caminar nuestras comunidades, para el encuentro y la escucha”.
Como su obispo les pido: “no se encierren en las casas curales, conozcan a las personas por su nombre, entiendan su realidad, sufran, lloren, celebren, rían y gocen con ellas. Nosotros hemos sido ungidos por Jesús para salir a ungir a los demás, sobre todo a los pobres”.
- Adrián Arturo Alonzo, de la parroquia Cristo Rey, y capellán de Hospital Del Niño y Santo Tomás, señala: “el renovar el compromiso sacerdotal, es renovar a Jesucristo para mostrarlo a él a través de su pueblo, y seguir dando testimonio de la alegría de ese Cristo que nos ama y que es esperanza. Nos invita y nos compromete como sacerdotes responder y reafirmar ese compromiso que hicimos en nuestra ordenación”.
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