Unos 300 catequistas reflexionaron y renovaron su compromiso y servicio a ejemplo de María

Unos 300 catequistas reflexionaron y renovaron su compromiso y servicio a ejemplo de María

PANAMÁ. 21 DE SEPTIEMBRE DE 2020.  La Comisión Arquidiócesana de Catequesis, este año celebró el Día Nacional del Catequista de una manera diferente el pasado 19 de septiembre. “Catequista, misionero de alegría y esperanza”, fue el lema con el que  unos 300 catequistas reflexionaron y renovaron su compromiso y servicio a ejemplo de María.

El Arzobispo de Panamá, Monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, en la Eucaristía del domingo, expresó su eterna gratitud a todos los catequistas en su día, “gracias porque ustedes trabajan para despertar, madurar y educar la fe de nuestro pueblo.

Un catequista es fiel al Señor cuando recibe con disponibilidad su mensaje y lo vive cada día a pesar de las múltiples dificultades que puede encontrar con la vida, recalcó Monseñor Ulloa Mendieta.

Padre Israel Ramos, responsable de la Comisión Arquidiócesana de Catequesis, señaló que cada año en este día damos gracias por ese ministerio, ese servicio y compromiso de ser formadores  en la fe de aquellos que Dios pone en nuestro camino.

Cada año renovamos nuestro compromiso, ese sí a la llamada que Dios nos hace, porque ser catequistas es una vocación, dijo.

“Catequista, misionero de alegría y esperanza”, ¿por qué ese lema?  porque en medio de esta crisis de tanto sufrimiento, queremos ser esos alegres mensajeros para los demás, de que ahí esperanza a pesar de la tormenta y que Cristo a través de nosotros lleve esperanza a los demás, explicó el Padre Israel Ramos.

Para Jennie Jiménez, quien desde hace seis años es Catequista de niños en la parroquia San Antonio de Padua en Ciudad Jardín, señaló que es impresionante como Dios nos llama a reflexionar sobre la vida y a entender y discernir sobre lo material y espiritual.

Nos estamos preparando para atender estas adversidades, para compartir ese amor con el prójimo y crear cosas innovadoras para poder llevar ese amor a Dios a las familias, ha sido clave fundamental para el desenvolvimiento y desarrollo de nuestros niños en sus hogares, comentó Jiménez.

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