Una vez más Panamá manifestó masivamente la defensa del proyecto original de la familia

En un testimonio de unidad en la diversidad, miles de panameños caminaron como un solo pueblo, como una sola voz, en la Gran Marcha por la Vida y la Familia, celebrada este sábado 28 de junio de 2025. Familias enteras, iglesias de distintas denominaciones y movimientos cívicos se congregaron desde la Iglesia Nuestra Señora del Carmen, en Pasadena, hasta la
Plaza 5 de Mayo, para proclamar que Panamá defiende la vida y la familia según su proyecto original.
La Iglesia Católica, como parte de la Alianza Panameña por la Vida y la Familia, se hizo presente bajo el lema “Familia: unidos en amor, fe y misión, somos peregrinos de esperanza”, en esta manifestación multitudinaria que se convirtió en un signo elocuente de comunión y firmeza. Entre cantos, oraciones y alegría, se alzaron pancartas con mensajes como: “La familia, diseño de Dios”, “La vida se defiende desde la concepción”, y “Panamá dice sí a la vida y a la familia”.
El arzobispo de Panamá, monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, afirmó con claridad que esta participación no responde a banderas ideológicas ni a intereses políticos, sino al amor, la defensa y la protección de la vida humana y de la familia como institución fundamental para el desarrollo integral de la sociedad, de la humanidad.
A pesar de los intentos y amenazas que buscan socavar su sentido original, Panamá ha dado un testimonio claro: seguimos creyendo en la familia fundada en el amor entre un hombre y una mujer, abierta a la vida y al servicio de la sociedad”, expresó monseñor Ulloa.
El arzobispo recordó que, como parte del Año Jubilar de la Esperanza, todos aquellos que participaron con fe en la marcha o la siguieron a través de los medios católicos —emisoras de radio y plataformas digitales— recibieron el don de la indulgencia plenaria, cumpliendo con las condiciones dispuestas por la Iglesia.
El padre Juan Sandoval, responsable del Consejo de Pastoral Familiar de la Arquidiócesis, reiteró en su mensaje desde la Plaza 5 de Mayo que “la familia es la célula fundamental de la sociedad y ningún poder debe atreverse a reconfigurarla según intereses ideológicos o presiones externas. Nuestro pueblo no acepta la imposición de la llamada ideología de género en sus escuelas, en sus hogares ni en sus leyes”.