Una Pascua Electoral espera se viva en las elecciones del 5 de mayo de 2024
“Vivamos una Pascua Electoral, donde todos desempeñemos el rol que nos corresponde para fortalecer la
democracia y la institucionalidad; ya sea como candidato, jurado, observador, testigos de mesas, así poder
garantizar que el voto de cada ciudadano sea respetado”, afirmó el arzobispo de Panamá, José Domingo Ulloa
Mendieta, al celebrar la Solemne Eucaristía de Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, este domingo 31 de
marzo, en la Catedral Basílica Santa María la Antigua.
Al destacar la gran responsabilidad que tienen los panameños, en vísperas de las próximas elecciones
generales del 5 de mayo del 2024, advirtió que “el pueblo necesita que los candidatos se esfuercen en
presentar propuesta claras y coherentes, que estén dispuestos a trabajar por el bien común y que ayuden a
transformar las instituciones; de los órganos electorales, se exige transparencia e imparcialidad; y de los
medios de comunicación más verdad y equidad”.
En esta etapa final del periodo electoral, recalcó monseñor José Ulloa Mendieta, “es oportuno renovar esa
vocación ciudadana y política, porque todos estamos llamados a construir una Patria más fraterna, solidaria,
justa, equitativa, donde el desarrollo del país tenga como centro la dignidad de la persona y el bien común”.
Al referirse a los cristianos, recalcó, que tienen “la obligación moral de votar, porque el voto ciudadano,
aunque no es la única forma de participación política, tiene un valor insustituible, para cambiar el destino del
país. No podemos caer en el negativismo, en la apatía y la dejadez para no ir a ejercer el sufragio”.
Para monseñor Ulloa, la sociedad panameña merece vivir una democracia más auténtica y participativa;
anhela tener autoridades que garanticen el respeto irrestricto a los derechos humanos y tengan como
prioridad el ejercicio de la justicia social; anhelamos autoridades que hagan valer el Estado de derecho y que
se conduzcan siempre en la justicia, superando cualquier intento de corrupción; autoridades que sometan la
delincuencia dentro de los cauces de la legalidad; necesitamos políticos que se respeten a sí mismos y ganen
la autoridad moral.
Reiteró que la Iglesia católica “jamás dirá por quién votar, no le corresponde decirlo”; pero a la vez añadió
que la Iglesia como Madre “si está llamada a orientar, desde la ética y la moral, a que los católicos ejerzan un
voto a conciencia y en libertad, conociendo y meditando los programas políticos. Investiguen y formen su
propio criterio, no hay que dejarse arrastrar por sentimentalismos ni modas”.
A los candidatos a elecciones, les manifestó que puedan estar preparados para aceptar la decisión del pueblo,
que estén dispuestos a bajar las banderas políticas para izar nuestra bandera panameña y bajo su amparo
iniciar juntos el camino para construir el Panamá que todos nos merecemos.
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