Monseñor Ulloa: “Que la fuerza del Espíritu Santo acompañe y fortalezca a nuestras autoridades”
PANAMÁ. 29 DE MARZO DE 2020. Por la realidad de esta pandemia que vive el mundo entero y nuestro país les invitó a seguir orado para que la fuerza del Espíritu Santo acompañe y fortalezca a nuestras autoridades; “Somos herederos de la vida eterna, que Jesús el Hijo de Dios, conquistó con el precio de su propia sangre”, expresó el Arzobispo de Panamá en la Misa del quinto domingo de Cuaresma.
Monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, pide a los panameños de todos los credos, a la sociedad, la unidad y que hagan a un lado los intereses particulares de gremios, partidos y organizaciones en este tiempo de la pandemia por el bien del país.
Tenemos que deponer egoísmos y apostar por el desprendimiento, la unidad de Panamá que debe ser nuestra mayor fuerza para cuidar a la familia, a los abuelos, para que padres e hijos se unan como Cristo, señaló.
“Luchemos juntos contra el coronavirus, quedándonos en casa; sabemos que las reacciones del ser humano ante esta crisis son naturales el miedo y la incertidumbre; pero eso se supera en unidad con la oración y fe para que todos podamos llevar a Panamá a un puerto más seguro”, invitó monseñor Ulloa.
Por la realidad de esta pandemia que vive el mundo entero y nuestro país, monseñor Ulloa exhorta, a seguir orado para que la fuerza del Espíritu Santo acompañe y fortalezca a nuestras autoridades.
El Arzobispo de Panamá, señaló que ante tantos fallecidos tal ves lo que más nos duele a tantas personas en el mundo entero, es que han perdido a sus seres queridos, el no haber podido verlos desde el momento en que fueron hospitalizados. Lo vemos, que está sucediendo en muchos países.
No podemos estar utilizando una tecnología de manera negativa como lo hace mucha gente; es un crimen estar inventando cosas con la tecnologías para meter miedo y estar diciendo mentiras; en estos momentos debemos usarlas para enviar mensajes positivos que den aliento de esperanza, recalcó.
Monseñor Ulloa dice que “El Señor nos ha otorgado tres grandes dones: el sueño, la sonrisa y la esperanza. No hay don más grande que sonreír aunque nuestra alma llore; sabemos por experiencia mucha gente a perdido la capacidad de sonreír.”
Entender que a pesar de las diferencias somos una raza human que en ocasiones Dios caya y a pesar de ese aparente silencio, es capaz de mantener encendida la lámpara de la fe., dijo el Arzobispo de Panamá.
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