Paz y Unidad pidió el Sucesor de Pedro para Chile, al despedirse
Con gran emoción y gratitud el Papa Francisco se despidió de Chile para proseguir su peregrinación rumbo al Perú; al concluir la celebración de la Misa multitudinaria en Iquique, el Sucesor Pedro abrazó en sus palabras de agradecimiento y bendición a todos los chilenos.
“Gracias también por el trabajo abnegado y silencioso de miles de voluntarios – ¡más de veinte mil! – sin su empeño y colaboración hubiesen faltado las tinajas con agua para que el Señor hiciera posible el milagro del vino de la alegría…”
“Sigo mi peregrinación hacia Perú. Pueblo amigo y hermano de esta Patria Grande que estamos invitados a cuidar y a defender. Una Patria que encuentra su belleza en el rostro pluriforme de sus pueblos”.
Qué más puedo desearles que terminar mi visita diciéndole al Señor: mira la fe de este pueblo, y regálales unidad y paz».
En el vuelo de Santiago de Chile a Iquique, el Papa tomó el consentimiento matrimonial de dos miembros de la tripulación, un azafato y una azafata de Latam; Paula Podest Ruiz y Carlos Cuffando Elorriaga aseguraron “la alegría inmensa” que sienten al haber sido casados por el Santo Padre.
“Todo nació de forma espontánea”, dijeron también los recién casados.
Ellos le habían contado al Papa su historia, que habían tenido que postergar su matrimonio religioso, por varios motivos, el primero de los cuales al haber quedado destruida la iglesia donde se iban a casar, por el terremoto del 2010.
En el certificado se lee: “El 18 de enero de 2018, en el vuelo papal de Santiago a Iquique, el Sr. Carlos Ciuffardi Elorriaga y la Sra. Paula Podest Ruiz han contraído matrimonio ante la presencia del testigo Ignacio Cueto, siendo el Santo Padre Papa Francisco quien ha tomado el consentimiento”.
El Santo Padre durante su viaje a Chile, se unió a la celebración del Año Jubilar de la Orden de la Merced.
En el núcleo de su mensaje el Papa realiza una lectura de los tres protagonistas que la Orden ha querido resaltar en preparación al año jubilar, quienes pueden significar según él, “tres momentos de respuesta al amor de Dios”: San Pedro Nolasco, Nuestra Señora de la Merced y Cristo Redentor.
En el final de su mensaje el Sumo Pontífice asegura a la Orden el camino hermoso que el Señor Jesús mostrará “por donde transitar con un espíritu renovado”, y en donde podrán hacer crecer el don recibido —personal y comunitariamente—, entregándolo y entregándose completamente, como el grano de trigo que si no muere no puede dar fruto (cf. Jn 12,24), pide al Señor “que les dé la fuerza para abandonar lo que les ata y asumir su cruz” e imparte a la Orden y a la entera familia mercedaria su Bendición Apostólica.
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