Monseñor Ulloa: “Mi orgullo no es ser Arzobispo de Panamá… mi orgullo es haber sido bautizado”

Monseñor Ulloa: “Mi orgullo no es ser Arzobispo de Panamá… mi orgullo es haber sido bautizado”

PANAMÁ. 4 DE ABRIL DE 2020.  “Mi orgullo no es ser Arzobispo de Panamá… mi orgullo es haber sido bautizado un 7 de septiembre de 1957 y haber sido ordenado el 1 de diciembre de 1983, de manos de monseñor José María Carrizo Villarreal, desde allí empecé a ser sacerdote para siempre”, expresó el Arzobispo de Panamá, monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, en la misa dedicada a los sacerdotes, este sábado.

Admito que ser Arzobispo es una carga y una carga pesada (…) me siento amado por Dios y es eso lo que me da fuerzas.  Y eso es lo que al final nos va a salvar en la medida en la que vivimos a plenitud nuestro bautizo, indicó.

Monseñor Ulloa Mendieta, señaló que se vive una situación especial, pero “el Sacerdocio es un ministerio para estar allí donde están los más necesitados, los enfermos, los heridos o con aquellos profesionales de la salud que  están luchando y dando su milla extra ante la pandemia del COVID-19; no para pensar en nosotros”.

“En estos momentos de crisis me he acercado a muchas comunidades que no se han sentido queridas, ni atendidas por sus sacerdotes y otras que han idealizado a sus sacerdotes”, expresó. 

“De que vale… este Ministerio Sacerdotal que no es para orgullo propio, es para ponerlo al servicio de los demás… de que vale si estamos encerrados” recalcó monseñor Ulloa Mendieta.

“Si he llorado es de gozo por el don que Dios me ha regalado en estos 36 años de sacerdocio” ; explica  “mi  pesar  es por ver que hay sacerdotes que han entregado su vida al sacrificio y al prójimo en momentos que se vive una batalla en Panamá y en el mundo contra la pandemia del coronavirus.  Pero lamentó que ahí otros sacerdotes que no han asimilado ese don y la misión que se les ha otorgado”; por lo que pidió elevar sus oraciones para transformar el corazón de los sacerdotes alejados de su misión.

El Arzobispo Ulloa, dejó bien claro que “no hay parroquia de primera ni de segunda…“Todas son dignas de que tener sacerdotes; ninguna es más importante que las otras porque en cada una viven los hijos de Dios”.

“Le pido a la comunidad que siga orando por nosotros. Para que nunca nos acostumbremos a esto tan grande que el Señor ha puesto en manos tan débiles y frágiles, para que nunca nos creamos más que nadie”, señaló.

“No puede estar triste, un corazón que alaba a Dios” y reiteró  que el Señor reinará sobre la pandemia del coronavirus, concluyo el Arzobispo de Panamá.

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La Arquidiócesis de Panamá creada el 9 de septiembre de 1513 es la Iglesia más antigua en tierra firme y madre de las Iglesias particulares existentes hasta ahora en la república de Panamá.