Monseñor Ulloa: “María no es imitable en cuanto madre del Verbo, pero sí es imitable en cuanto a portadora de Dios.”
PANAMÁ. 25 DE MARZO DE 2020. “En esta fiesta de la Anunciación del Señor, celebramos que Dios quiere encarnarse en cada uno de nosotros… La virgen no es imitable en cuanto Madre del Verbo, pero si es imitable en cuanto portadora de Dios”, expresó el Arzobispo de Panamá, en su homilía; fecha en la que también se conmemora en el mundo el Día del Niño por Nacer.
Añadió, “Como no olvidar el don sagrado de la vida cuando para los cristianos cada mujer que concibe se celebra el misterio de la anunciación, y cada vez que nace un niño celebramos la navidad”.
Monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, señaló que el misterio que celebramos nos devuelve un nuevo lenguaje para definir el milagro de la vida, sabemos que la vida es un don inmerecido que a veces viene sin ser querido; don sagrado que no puede ser rechazado, ni menos ignorado ni ininterrumpido; don inteligente y semejante a nosotros que las leyes humanas deben proteger.
Dios se hizo hombre y no se deshumanizo; no hay nada ajeno a la humanidad del hombre que él no lo haya vivido y redimido, dijo.
El Arzobispo Metropolitano, indico que desde el momento en que la Virgen María tubo en su vientre a Jesús, no desde los tres meses, sino desde ese momento de la concepción; “he aquí una razón mas por lo que la Iglesia defiende al niño desde el primer instante de la vida”…
El misterio que celebramos nos devuelve un nuevo lenguaje para definir el milagro de la vida, sabemos que la vida es un don inmerecido que a veces viene sin ser querido; don sagrado que no puede ser rechazado, ni menos ignorado ni ininterrumpido; es un don inteligente y semejante a nosotros que las leyes humanas deben proteger, reiteró.
Según monseñor Ulloa, esa palabra que se encarna en el ceno de María es la misma que se encarna en nuestros hogares, en nuestras vidas, mediante la lectura personal, comunitaria, familiar, que nos permite conocer y discernir lo que Jesús hubiera hecho si estuviese hoy padeciendo esta misma crisis mundial por el Coronavirus…
Una de las mejores formas de manifestar el amor no es solo quedándonos en casa sino ayudando a que nuestros ambientes familiares para que tengan una buena salud mental positiva, recalcó.
Muchos se preguntarán ¿Dónde está Dios? y ¿dónde está la Iglesia en estos momentos de la pandemia? Señaló el Obispo de Panamá, “está en el que recoge la basura, está en las enfermeras (ros) y en esos auxiliares, en esos médicos que se está jugándose la vida, en los que atienden en los bancos, en los supermercados, en los policías, en las autoridades y en nuestros sacerdotes que están dando la milla extra con esos enfermos por el COVID-19 y por tú familia; allí donde ahí un cristiano está Dios y la Iglesia”.
Lo que nos enseña hoy esta gran fiesta de ‘la Anunciación del Señor’, de acuerdo con monseñor Ulloa, es que cuando los demás vean a un cristiano deben ver de alguna manera a Dios; la vida del verdadero cristiano puede y debe ser la mejor prueba de la existencia del Dios Encarnado en el Ceno de María.
Al concluir el Arzobispo de Panamá invitó, a que sigamos siendo memoria agradecida, y reiteró su gratitud con sus hermanos sacerdotes, con tantos laicos que siguen trabajando en tanta iniciativas solidarias como la Casa Hogar el Buen Samaritano, el Centro San Juan Pablo II, el Hogar San José de Cabullita, el Hogar de Ancianos de los padres Mercedarios, el Hogar Bolívar entre otras obras donde muchos jóvenes y ancianos encuentran una familia para ponerse de pie ante la humillación del alcohol, la droga, la prostitución y con confianza en que esta labor esta inspirada en el Espíritu Santo.
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