Monseñor Ulloa invita a remar mar adentro en el Jubileo de la Esperanza
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En el marco del Año Santo Jubilar, el arzobispo de Panamá, monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, en la misa televisada domnical hizo una profunda reflexión sobre la importancia de la fe y el compromiso en la misión cristiana. Inspirado en el pasaje evangélico de la pesca milagrosa, el prelado destacó la necesidad de dejar que Cristo tome el timón de nuestras vidas, incluso cuando el cansancio y las dificultades parezcan abrumarnos.
Mons. Ulloa recordó que Jesús, al escoger la barca de Simón Pedro, nos muestra el camino para seguir su enseñanza en la Iglesia Católica. “No nos equivoquemos de barca; cuando nos embarquemos, tiene que ser en la de Pedro. Solo en esta barca, el Señor nos invita a remar mar adentro y a echar las redes para hacer fecundo nuestro apostolado”, afirmó.
Asimismo, enfatizó que muchas veces el seguimiento de Cristo desafía nuestra lógica humana, pues Él nos llama a confiar en su palabra y a superar el desaliento. “Pedro, tras una noche de fracaso en la pesca, deja que Jesús tome posesión de su barca. Aunque posiblemente estaba agotado y hasta dormido, fue él quien más provecho sacó de la predicación del Señor”, explicó el arzobispo.
En su homilía, Mons. Ulloa resaltó que ser pescadores de hombres significa continuar la obra liberadora de Jesús, rescatando a los hombres y mujeres de todo aquello que les roba la vida y la felicidad. “El mar, en la tradición judía, era el símbolo del caos y de las fuerzas del mal. Cristo nos envía a estas aguas profundas para liberar a los que están atrapados en la desesperanza y en la falta de sentido”, reflexionó.
Para el arzobispo, el verdadero milagro de la pesca abundante no fue la cantidad de peces atrapados, sino la transformación interior de los discípulos, que pasaron del desaliento a la confianza plena en Dios. “Cuando nos dejamos guiar por el Señor, nuestra vida se llena de propósito y esperanza. Él nos llama por nuestro nombre para hacernos sus colaboradores en la obra de la salvación”, añadió.
El Jubileo de la Esperanza: un tiempo de gracia y renovación
En el contexto del Año Santo 2025, Mons. Ulloa destacó que este es un tiempo especial para redescubrir la esperanza en medio de los desafíos del mundo actual. “Nos encontramos en un mundo lleno de incertidumbre y dificultades, pero nuestra fe nos recuerda que Dios ha entrado en nuestra historia y camina con nosotros. No estamos solos, porque ‘la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros’”, afirmó.
El arzobispo exhortó a los fieles a vivir este Jubileo como una oportunidad para reavivar su compromiso con el Evangelio y a confiar plenamente en la providencia divina. “Dios nos llama a confiar en Él, a lanzarnos sin miedo a las aguas profundas del amor y a ser peregrinos de esperanza en nuestro tiempo”, concluyó.
Panamá, 8 de febrero de 2025.