Mensaje de año nuevo de Monseñor Ulloa
Un nuevo año comienza, precisamente con dos grandes acontecimientos: la Solemnidad de María Madre de Dios y la Jornada Mundial de la Paz, que nos ayudan a iluminar con esperanza nuestro caminar en el 2018.
Para los cristianos, la maternidad celestial de María nos ofrece la seguridad de que nunca estamos solos, que como buena Madre nos acompaña especialmente en aquellos momentos de oscuridad, para alentarnos a seguir adelante.
Y la Jornada Mundial de la Paz, nos ofrece la oportunidad de marcar un inicio de año, estableciendo compromisos concretos como constructores de paz para un mundo mejor.
El Papa Francisco en su mensaje para la celebración de esta 51 Jornada Mundial de la Paz lo ha titulado “Migrantes y refugiados: hombres y mujeres que buscan la paz”, para alentar a Estados y ciudadanos a valorar la aportación de estas personas, para que la humanidad pueda transformarse cada vez más en familia de todos, y nuestra tierra verdaderamente en “casa común”, lo que no es una utopía.
En Panamá también tenemos sueños de hacer un país para todos sin exclusión de nadie. Sin embargo, sabemos que sentimos desilusión por errores, injusticias e indiferencias, en todos los ámbitos de la vida humana.
Pero no hay que tener miedo y mucho menos paralizarnos, ante posibles incertidumbres. Jesús es la luz que nos nace, Él es nuestra fuerza y roca para avanzar sin miedo, con el compromiso de hombres y mujeres honestos, íntegros y justos, capaces de ir contracorriente para refundar nuestro Panamá.
Y para lograr esta transformación contamos con nuestra juventud alegre, creativa y consciente de que son posibles los cambios, hacer las cosas de otra manera, respetando la dignidad humana y buscando el bien común.
Seremos la capital de la juventud mundial en el 2019, y debemos prepararnos en este 2018, en medio de la alegría de sabernos en el Mundial de Fútbol.Estamos con la capacidad de darle esa maravillosa oportunidad que requieren los jóvenes que vendrán de todos lados de la geografía mundial.
Panamá es un país pequeño, pero con hombres y mujeres con un corazón grande, que ha logrado grandes proezas y que en el 2018 tiene la posibilidad de marcar hitos importantes para recuperar nuestra identidad, nuestros valores, nuestra fe y confianza en nosotros mismos.
Bendiciones en este nuevo año que nos regala el Señor para hacer todo mejor.
† JOSÉ DOMINGO ULLOA MENDIETA, O.S.A.
ARZOBISPO METROPOLITANO DE PANAMÁ
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