“La violencia contra la mujer es una herida social que clama justicia”

“La violencia contra la mujer es una herida social que clama justicia”

Durante su homilía en el Domingo de las Misiones 2025, Mons. José Domingo Ulloa Mendieta, Arzobispo Metropolitano de Panamá, alzó con firmeza la voz contra el creciente flagelo de la violencia doméstica y los femicidios que golpean al país, este domingo 19 de octubre, en la Catedral Metropolitana Santa María la Antigua.

“El Evangelio no puede callar ante la sangre inocente. Ser misioneros de esperanza implica también ser misioneros de justicia, constructores de una sociedad donde ninguna mujer tema por su vida”, recalcó con fuerza.

Monseñor Ulloa reconoció con humildad y valentía que, como sociedad, hemos fallado. Señaló que no se ha sabido educar en el respeto, en la igualdad y en la dignidad de la persona, permitiendo que persista una cultura machista que alimenta la falsa idea de que el otro —y en particular la mujer— puede ser tratado como propiedad. “Esa mentalidad —dijo— contradice el Evangelio, nadie pertenece a nadie, toda vida es sagrada y merece respeto absoluto”.

Con profunda preocupación, Mons. Ulloa recordó los recientes femicidios en Aguadulce y en Santiago, que han estremecido a las comunidades y que constituyen una interpelación urgente a la conciencia nacional. Subrayó que la violencia doméstica no es un asunto privado, sino una herida social que destruye familias, hiere comunidades y apaga vidas inocentes, y que clama justicia y conversión.

El Arzobispo Ulloa insistió en la urgencia de políticas de Estado claras, coherentes y sostenidas, elaboradas con la ayuda de especialistas, que incluyan educación emocional desde la niñez, acompañamiento psicológico y espiritual; verdadera protección a las víctimas y un sistema judicial justo y sensible. “La violencia no se resuelve escondiendo cifras, sino enfrentándola con verdad, decisión y solidaridad. Panamá necesita estadísticas confiables que orienten políticas públicas reales y efectivas”, remarcó.

En su exhortación final, Mons. Ulloa pidió a las familias volver al diálogo, al respeto y a la empatía; a los medios de comunicación, promover la cultura de la paz sin caer en el sensacionalismo; y a las comunidades de fe, ser verdaderas escuelas de acogida, reconciliación y respeto. “Que no haya más silencios cómplices ni indiferencia. Todos estamos llamados a construir un país donde cada mujer, cada niño y cada ser humano puedan vivir sin miedo y con plena dignidad”, concluyó.

Panamá, 19 de octubre de 2025

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