La misión no es un adorno, es una urgencia

La misión no es un adorno, es una urgencia

En ocasión de la Jornada Mundial de las Misiones (DOMUND, este domingo 19 de octubre de 2025, Mons. José Domingo Ulloa Mendieta, Arzobispo Metropolitano, destacó que no es una fecha más en el calendario, sino una llamada a redescubrir la urgencia de la misión en nuestro tiempo, subrayando que ser misioneros significa comprometerse con el mundo al estilo de Jesús saliendo, caminando al encuentro de quienes más lo necesitan y no quedándose en la comodidad de solo extender la mano.

Con motivo de este DOMUND 2025, celebrado en el marco del Gran Jubileo de la Esperanza, el Arzobispo Ulloa anunció que la Conferencia Episcopal Panameña iniciará a partir del próximo año una Gran Misión Nacional en todas las diócesis. “Será la Misión Panamá, inspirada en el espíritu jubilar y sinodal, enraizada en la esencia misma de ser Iglesia; una comunidad que sale, escucha, sirve y testimonia. No será una campaña más, sino una conversión pastoral que renueve nuestras parroquias, fortalezca nuestras familias y haga visible que la Iglesia vive en estado permanente de misión”, destacó.

El lema del DOMUND de este año, “Misioneros de esperanza entre los pueblos”, recuerda a los cristianos su vocación de ser mensajeros de esperanza en medio de las sombras del dolor y de la desesperanza. Monseñor Ulloa recordó las palabras de San Pablo VI, quien insistía en anunciar el Evangelio en tiempos de progreso y también de grandes perplejidades, y subrayó que hoy las fronteras de la misión ya no son geográficas, sino humanas: hogares destruidos por la violencia, jóvenes atrapados por las drogas, migrantes que buscan dignidad, pueblos indígenas y afrodescendientes que reclaman justicia, y comunidades que sufren la soledad y la exclusión.

“La misión —dijo el Arzobispo Ulloa— se encuentra en las periferias del dolor y de la falta de esperanza. El DOMUND nos invita a no ser espectadores, sino protagonistas, porque todos tenemos algo que aportar siendo comunidades que oran, misioneros que cruzan fronteras, jóvenes que descubren en el servicio la verdadera alegría, laicos que ofrecen su tiempo y compromiso para que el Evangelio llegue a cada rincón de Panamá y del mundo”.

Monseñor Ulloa hizo un llamado a ser misioneros de esperanza y de justicia en el país, a no callar ante el dolor ni justificar lo injustificable. Invitó a las familias a educar en la verdad y el respeto; a los jóvenes a no dejarse seducir por la corrupción y la violencia; y a las comunidades cristianas a no acostumbrarse a la indiferencia. “Panamá necesita misioneros del consuelo y del compromiso, Iglesias que acompañen con ternura el sufrimiento de su pueblo”, subrayó.

Finalmente, Monseñor Ulloa recordó que el clamor de la viuda del Evangelio tiene hoy muchos rostros como las madres solas, abuelas que crían a sus nietos, mujeres que sufren violencia. “A ellas debemos escuchar con corazón de discípulos y responder con obras de justicia y compasión. La misión no es un adorno, es una urgencia. Y el mejor homenaje a Dios y a nuestro pueblo es vivir como Iglesia en salida, sembrando esperanza en medio de la historia”.

Panamá, 19 de octubre de 2025


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