La misión del cristiano es mancharse, conocer el dolor y la frustración como lo hace el personal de salud

La misión del cristiano es mancharse, conocer el dolor y la frustración como lo hace el personal de salud

PANAMÁ. 27 DE JUNIO DE 2020. “Que el Señor nos de el regalo y el don de poder ver la situación de nuestra vida y lo que está viviendo el mundo con los ojos de Dios. Hoy la palabra de Dios nos vuelve a hacernos un reto, de acercarnos y tocar al más necesitado, como nos cuenta el Evangelio sobre el leproso que se le acercó a Juan”, expresó el Arzobispo de Panamá, en la misa realizada en la Capilla del  Seminario Mayor San José.

Añadió, en el tiempo de Jesús ser leproso significaba ser un excluido alguien que no tenia derecho estar entre la gente debían mantenerse fuera de la ciudad;  carecía de cualquier contacto humano, ni caricias, ni abrazos, ni gestos de cariño o de cercanía. Seguramente ahora que casi no podemos tocarnos, ni abrazarnos, ni darnos un beso  podemos comprender mejor lo que significa ser leproso.

Monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, señaló “la actitud del leproso nos enseña que nuestros planes muchas veces no son los planes de Dios,  porque Dios busca nuestra felicidad eterna, no solo en algo pasajero; y a llegarle con una actitud de confianza y humildad “Señor”.

Nuestra misión como cristianos es acercarnos a los que están mal, a los que la pasan mal, indicó Monseñor Ulloa, como lo realizan una de las obra a la que le tengo un cariño especial y un respeto, la labor del Centro San Juan Pablo II, trabajan con el desecho de la calle, prostitutas, homosexuales, transexuales; también el Albergue Temporal otro refugio para los que no tienen un hogar, sin avergonzarnos y sin tener miedo de tocar en ellos el mismo rostro del Señor. Otra gran obra es el Hogar Él Buen Samaritano donde se acoge a hombres y mujeres con VIH/SIDA.

Este evangelio es una invitación a no tener miedo a mancharnos las manos, a conocer el dolor y la frustración de tantos porque al tocar el rostro de estos hermanos necesitados tocamos el mismo rostro de Jesús”,  así como lo están haciendo miles y miles de médicos, enfermeras y el personal sanitario, que están ya a tres meses ante esta pandemia, exhausto pero ahí  tocando el rostro de Dios, a causa incluso de también poder contagiarse, dijo.

Como sabemos se han contagiado muchas enfermeras, muchos médicos, muchos técnicos  de la salud, porque precisamente en esos hermanos reconocen al mismo Dios, sigamos orando, Monseñor Ulloa, recalcó “seguimos orando por todos los enfermos, por la salud de Mano de Piedra Durán,  por los 47 miembros del Órgano Judicial y por la dirigente de las Muchachas guías María Jaén que están infectados por el COVID-19”.

Sigamos orando por tantas personas que no tienen miedo a mancharse y que tienen como objetivo en sus vidas seguir ayudando a los leprosos de este momento, que son la gente marginada, los refugiados, son esa multitud de tantas personas que en medio de la realidad incluso a veces tienen hasta miedo de acercarse porque saben lo que cada uno de ellos esta necesitando de Jesús, pide el Arzobispo de Panamá.

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