La Iglesia acompaña con fe y esperanza a los artesanos de Panamá

La Iglesia Católica ha reafirmado su compromiso de acompañar a los artesanos del país, reconociéndoles no solo como portadores de saberes ancestrales, sino también como transmisores de fe, cultura viva y valores profundamente enraizados en la identidad de nuestros pueblos.
Durante la Misa de clausura de la 45ª Feria Nacional de Artesanías, celebrada este domingo 3 de agosto, monseñor Luis Enrique Saldaña Guerra, obispo de la Diócesis de David, destacó que “la feria no es solo una vitrina de arte y cultura, sino también un espacio de encuentro, identidad, fe y esperanza”. En su homilía, subrayó que “cada tejido, cada talla, cada obra artesanal es un acto de esperanza, una oración hecha manos, una catequesis encarnada”.
La Iglesia no ha estado ausente en este caminar: “donde el pueblo celebra su identidad, allí también está Cristo presente, multiplicando los panes del bien común, del trabajo honesto y del amor que se transmite entre generaciones”, afirmó monseñor Saldaña.
La feria es, en ese sentido —afirmó el obispo—, una obra tejida con amor, con sabiduría ancestral y esperanza activa, porque en cada tejido, talla de madera y labor trabajada con sus manos se esconde ese anhelo de trascendencia. Según el obispo Saldaña, “los artesanos no solo producen, ellos también transmiten cultura, identidad, fe y amor”.
Monseñor Saldaña, comparó la feria con la parábola del hombre rico, señalando que “es un espacio donde el trabajo manual, el compartir fraterno y la creatividad se convierten en signos de esperanza que trascienden nuestras vidas y nuestra historia”. Insistió en que la feria honra el pasado, celebra el presente y proyecta un futuro en el que el arte hecho a mano dignifica, educa y evangeliza.
Recordó que “las tradiciones no son algo estático, sino un río vivo que fluye entre generaciones”, donde el aprendizaje se transmite con amor. Y afirmó que los artesanos no solo producen objetos, sino que también cultivan valores como la paciencia, la fidelidad, la gratitud y la dedicación.
“No todos somos artesanos de oficio, pero todos estamos llamados a ser trabajadores del Reino de Dios”, dijo el obispo al exhortar, a los asistentes a no quedarse únicamente con la admiración de las obras de artesanía, sino a convertirse en verdaderos artesanos de una nueva humanidad, capaces de tejer la paz donde hay violencia, moldear fraternidad donde existe división y sembrar esperanza donde reina la desesperanza.
Como parte del homenaje a las raíces culturales y al compromiso de los maestros artesanos, la Condecoración San José 2025 fue entregada a la maestra Gloria Lina Hernández, por su destacada labor en la confección de sombreros tradicionales panameños y su entrega como transmisora de saberes y valores.
Con el lema “Herencia: Saberes Ancestrales”, la Feria Nacional de Artesanías 2025, celebrada del 30 de julio al 3 de agosto en el Centro de Convenciones ATLAPA. Los artesanos nos enseñan que nada se construye de la noche a la mañana: todo requiere dedicación, tiempo y fidelidad —subrayó monseñor Saldaña— porque así también se construye el Reino de Dios: con manos callosas, espíritu abierto y corazón agradecido.
Panamá, 4 de agosto de 2025.
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