Iglesia Panameña recuerda al Beato Romero
Con la intronización de la reliquia del Beato Óscar Arnulfo Romero, se inició la celebración de acción de gracias por este pastor que murió por amor a su pueblo, presidida por el arzobispo de Panamá, José Domingo Ulloa Mendieta, en la Basílica Menor Don Bosco, el pasado 17 de marzo, debido a que el día de su conmemoración es el 24 de marzo, Jueves Santo.
En este trigésimo sexto aniversario de la Pascua del Beato Monseñor Óscar Arnulfo Romero, el arzobispo resaltó que su nos permite observar ese proceso de continua conversión que acompaña una auténtica vida cristiana. “En la época difícil de El Salvador, donde sólo 14 familias controlaban la totalidad de la tierra laborable, y la pobreza extrema estaba extendida en la mayor parte del país, en un primer momento compartió el miedo de muchos clérigos a que el marxismo asumiera el liderazgo en el cambio social y político, pero poco a poco descubrió que era necesario el cambio y que éste se debería lograr a través de la participación de la sociedad entera. La opción por los pobres, que eran la mayoría de los católicos salvadoreños, lo condujo a una nueva conversión, aquella que lo llevaría a dar la vida por su pueblo”.
Otro aspecto que destacó monseñor Ulloa de monseñor Romero fue su capacidad de utilizar la comunicación como herramienta de liberación integral, quien durante su episcopado dio continuidad a los periódicos diocesanos, impulsando su distribución en toda la ciudad. Fundó nuevos periódicos, pero sobretodo utilizó el poder de la radio para difundir la verdad. La radio diocesana se convirtió en la única fuente de información creíble del país.
“Sin duda, para muchas personas en su época fue un personaje controversial, sin embargo con el paso del tiempo sus acciones se entienden mejor y el juicio de la historia se ha puesto a su favor. La historia reconoce que en el Salvador se vivía una era completamente injusta, y que el control político para sostener la situación llevó al gobierno a cometer atrocidades inimaginables, especialmente contra los más pobres de la Iglesia católica”, anotó.
La reliquia de monseñor Romero, que consiste en un pedacito del escapulario que tenía cuando fue asesinado el 24 de marzo de 1980, se mantendrá en el templo San Francisco de Asis del Casco Antigua, mientras sea restaurada la Catedral BasílicaSanta María la Antigua, donde será su lugar permanente.
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