Exequias del P. Miguel Pomare Mc Nish, sacerdote que fue signo y sacramento de Jesús Buen Pastor
El arzobispo de Panamá, Monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, despidió este miércoles 30 de marzo, los restos mortales del P. Miguel Pomare Mc Nish, con una Misa de cuerpo presente en la Parroquia San Francisco de Paula, en La Chorrera, en la que destacó “un sacerdote que dejó muchas huellas de bondad por cada uno de esos lugares por donde pasó. EL P. Miguel, en esta vida ha sido signo y sacramento de Jesús Buen Pastor que da la vida por sus ovejas”.
Concelebraron, el P. Carlos Mejía, Vicario General de la Arquidiócesis y el P. Rafael Ochomogo, Delegado Episcopal San Francisco de Paula; acompañaron parte del clero de la Arquidiócesis, sacerdotes de la Diócesis de Santiago y Penonomé, seminaristas, el Movimiento Familiar Cristiano y Matrimonios en Victoria. Los retos del P. Miguel reposan en el Cementerio Municipal en La Chorrera.
Monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, señaló que “uno de los mejores homenaje y expresión de amor que podemos hacerle al P. Miguel, esta en la tarea de ir eliminando esos tabúes sobre la donación y transplantes de órganos y apoyar a muchas de esas personas que están a la espera de un donante de riñó. La mejor honra, es que toda esa buena semilla que él sembró entre nosotros, pueda germinar y dar abundantes frutos”.
A sus hermanos en el sacerdocio les recordó, “un sacerdote no está solo para celebrar Misa. Un verdadero sacerdote se hace Eucaristía para el pueblo de Dios, así como el P. Miguel, lo realizó durante 41 años de vida sacerdotal, ministerio que realizó en la Arquidiócesis de Panamá y en la Diócesis de Santiago.
El arzobispo José Ulloa Mendieta, también hizo referencia a las palabras que le expresó Monseñor José Dimas Cedeño, “yo. lo recibí cuando llegué a la Diócesis de Santiago, lo envíe al Seminario Central de Costa Rica, lo ordené sacerdote un 6 de enero de 1982, fue el primer sacerdote panameño ordenado, de los 93 sacerdotes que ordenó. Desde joven que le conocí, fue un buen muchacho y sacerdote; por eso estoy convencido que Miguel, voló al cielo con todo y ropa”.
Rutilio Pérez, de la Parroquia San Juan de Cañazas en la Diócesis de Santiago, dijo “viajamos para acompañar a nuestro querido P. Pomare, en su despedida física, por el hecho de que compartimos con él en los grupos juveniles, en los encuentros de promoción juvenil, donde Monseñor José Dimas nos lo colocó como asesor. De verdad que su experiencia y vida como sacerdote nos motivo a muchos de nosotros en nuestros tiempos de escuela y dejó en cada joven esa semilla de ser buenas personas, buenos cristianos y sentirnos siempre acompañados de Dios”.
“El P. Miguel, para cada uno de nosotros en la Diócesis de Santiago, sobre todo en la Parroquia San Juan, donde él nos acompañó, marcó esa experiencia y amor hacia Dios y sobre todo hacia la familia y en todas aquellas personas que de una u otra manera han formado parte de nuestra vida. ¡No es un adiós, es un hasta luego a nuestro querido P. Pomare!”, expresó Pérez.
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