“Dios vuelve a mirarnos con ojos de benevolencia, con la ordenación diaconal de cuatro hermanos coreanos”, Mons.Ulloa

“Dios vuelve a mirarnos con ojos de benevolencia, con la ordenación diaconal de cuatro hermanos coreanos”, Mons.Ulloa

PANAMÁ. 22 DE MAYO DE 2021.   La aventura de la Santidad comienza con un “Sí” a Dios, San Juan Pablo II.  Esta fue la respuesta sublime que dieron al Señor, cuatro  jóvenes seminaristas coreanos, Antonio y Mario Kim, Pius Ghung y Esteban Chug; al recibir el Sacramento del Orden  del Diaconado, de manos del Arzobispo Metropolitano en el Seminario Mayor San José, el sábado 22 de mayo.

 

Postrados de rodillas los seminaristas coreanos Antonio y Mario Kim, Pius y Esteban Chug prometieron obediencia y respeto a la Iglesia, al Obispo y a sus sucesores; con la oración de las letanías culminó los ritos preparatorios con una oración. Luego con la imposición de las manos sobre la cabeza, el Espíritu Santo se hizo presente en los cuatro seminaristas, junto a las plegarias de ordenación consagratoria hechas por el Obispo, fueron consagrados Diáconos, convirtiéndose en servidor de la comunidad cristiana, momento central  de la ordenación.   Con la imposición de la estola y la dalmática, y finalmente recibieron el Libro de los Evangelios se concluye el rito de ordenación.

 

Monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, Arzobispo de Panamá, en su homilía señaló, “acción de gracias a Dios porque hoy vuelve a mirarnos con ojos de benevolencia  en cuatro hermanos nuestros de Corea, Esteban, Antonio, Mario y Pius, que reciben la imposición de las manos en Orden del Diaconado”.

 

Frente a la realidad de esta pandemia  nos ha regalado a esta Iglesia que peregrina en Panamá, a hora con estos hermanos coreanos hemos ordenado a seis diáconos y a un sacerdote en medio de esta pandemia, que como virus bueno, que también como la COVID-19, deben estar contagiando nuestros ambientes y nuestra sociedad, recalcó.

 

El Arzobispo manifestó que los seminaristas coreanos son ordenados en medio de cuatro grandes acontecimientos: en el Año de San José, en el Año Jubilar de la Familia, como lo es la primera Asamblea Eclesial Latinoamericana y Caribeña, y se ordenan en la transformación del Sínodo de los Obispos.

 

El Señor los ha elegido porque los ama, no hay otra razón, ni en vuestra preparación académica, espiritual, psicológica, pastoral y ni en vuestros méritos personales, les indicó  Monseñor Ulloa, “para que en esa Iglesia, pueblo de Dios, cada uno de ustedes se puedan convertir en signos de esperanza y puedan ayudar a alcanzar  la esperanza en el corazón del pueblo de nuestras comunidades”.

 

Les dijo además, que el Señor para esta misión, no espera que realicen obras heroicas como las realizó San Andrés Kim,  un laico que tubo conciencia de la realidad del pueblo de Dios precisamente en cada una de las comunidades; esa incluso tendría que ser el compromiso y el nuevo aporte que como comunidad Misionera de Corea, dieran a la Iglesia en Panamá.

 

Desde hoy la Iglesia les confía el Ministerio Diaconal para que sean animadores y dispensadores de las múltiples gracias; a su vez el Arzobispo de Panamá, invitó al pueblo de Dios a seguir orando por estos hermanos que libre, voluntariamente quieren públicamente manifestar ante el pueblo de Dios,  ser servidores a ejemplo del único servidor que es Cristo.

 

Palabras de los recién ordenados diáconos

 

El Seminarista Esteban Chug expresó, “me siento feliz y contento pero a la vez muy nervioso, mi corazón está palpitando demasiado, por esta ordenación diaconal; les agradezco en nombre de mi Comunidad Misionera de Corea, y los diáconos coreanos Mario y Antonio Kim, y Pius, llegar a este momento de nuestras vidas realmente agradecidos”.

 

“Deseamos agradecer a Dios por llamarnos y elegirnos a realizar su misión, para servir a la Iglesia Católica y a los cristianos como ustedes; también a Monseñor José Domingo Ulloa, por su paternal cuidado y cercanía, y sobre todo por el don del diaconado que por la imposición de sus manos hemos recibido”, dijo Esteban.

 

También agradecieron a sus familiares, en especial a sus padres quienes desde el primer momento les han apoyado en su misión de seguir a Jesús, ayudándoles y rezando por ellos con mucho amor y animándoles.

 

“Antoni, Mario, Pius y Esteban somos misioneros vamos a servir, dar nuestra vida por la Iglesia, por Dios y por ustedes, por eso le pedimos recen mucho por nosotros para que seamos buenos discípulo y un buen servidor a imagen misionera”, fueron las palabras de Esteban y sus hermanos recién ordenados.

 

Richard Marttinez, desde El Salvador expresa ”Dios bendiga a los nuevos diáconos”.

 

  Dixie Yenori Jiménez Jiménez, desde Costa Rica manifestó “bendiciones para los nuevos diáconos Mario, Antonio,  Pius y Esteban”.

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