Sacerdotes de la Arquidiócesis de Panamá celebraron su Jubileo

Sacerdotes de la Arquidiócesis de Panamá celebraron su Jubileo

Este martes 30 de septiembre de 2025, día en que la Iglesia Católica universal celebra a San Jerónimo, el más grande traductor de la Biblia, los sacerdotes de la Arquidiócesis de Panamá, en clave sinodal y animados bajo el lema: “Un signo de gracia y fidelidad de Dios en el ministerio sacerdotal”, tuvieron su Jubileo.

Con una breve peregrinación hacia el templo Nuestra Señora de Lourdes, juntos, después de recibir la aspersión con agua bendita del arzobispo de Panamá, monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, en la puerta jubilar, concelebraron la Eucaristía.

Fue un encuentro fraterno y espiritual en el que sacerdotes diocesanos y religiosos renovaron su ministerio y su corazón como pastores que cada día acompañan al pueblo de Dios en medio de los desafíos actuales.

Durante la Eucaristía Jubilar, monseñor José Domingo Ulloa Mendieta señaló que: “Con nuestras fortalezas y fragilidades celebramos el Jubileo en clave sinodal, renovando con alegría y esperanza nuestro ministerio sacerdotal y ese compromiso de seguir siendo pastores según el corazón de Cristo, sabiendo que caminamos juntos como pueblo, en comunión”.

El arzobispo Ulloa también exhortó a los religiosos y diocesanos a que este Jubileo sacerdotal los proyecte hacia el futuro y especialmente hacia la Asamblea Pastoral 2025, recordando la necesidad de nuevas vocaciones que nacen en comunidades vivas, orantes y solidarias.

Durante su homilía, monseñor Ulloa informó que se hará el lanzamiento de la campaña “Ninguna parroquia sin seminaristas y ningún sacerdote sin su sucesor”. Agregó que cada sacerdote está llamado a sembrar con su testimonio las semillas de las vocaciones en su jurisdicción eclesiástica, porque ellas nacen y crecen a través de la oración y la fraternidad. “Cada parroquia se debe comprometer a orar y acompañar a un joven en su discernimiento vocacional”, subrayó.

“Ser sacerdote no es ser un superhombre, ni un privilegio; sino aquel cristiano entre cristianos, llamado a guiar, acompañar y sostener”, añadió tras recalcar que, en clave sinodal, el sacerdote se deja enriquecer por su comunidad, aprende de la fe de su pueblo y juntos buscan cumplir la voluntad de Dios.

El arzobispo agradeció también a aquellos sacerdotes que, a través de su alegría, han sabido entregar sus vidas, mostrando un corazón que con los años lucha por no volverse lejano y amargado; y que, por el contrario, como el buen vino, el tiempo no lo ha agriado. Recordó especialmente a quienes han sabido ser vínculo de fraternidad y amistad en el presbiterio, sosteniendo, cuidando al enfermo, buscando al que se aísla y aprendiendo de la sabiduría del anciano.

A los fieles laicos les invitó a cuidar, sostener y acompañar a sus sacerdotes y pidió la intercesión de la Virgen María, madre de los sacerdotes; de San José, hombre justo y fiel; y del Espíritu Santo, para que renueve los corazones.

El padre Santiago Benítez, vicario del clero arquidiocesano, agradeció a Dios “por este ministerio, que me lleva a recordar las palabras de San Juan Pablo II: ‘El sacerdocio es un don y un misterio que vivimos a plenitud cada día’. Especialmente porque el sacerdote es importante en medio de la sociedad: es quien da sentido a la vida ante las diversas realidades espirituales, sociales y psicológicas. Es parte fundamental de la vida espiritual, que da sentido al porqué hacemos las cosas”.

Las comunidades, señaló, están llamadas a rezar por los sacerdotes, para que este don y misterio se viva a plenitud y sigamos siendo signos de esperanza, dando fruto en muchas vocaciones. Invitó también a los esposos a ser testimonio para sus hijos, de modo que los jóvenes descubran el llamado de Dios. “Hay que orar mucho por las vocaciones; es fundamental que surjan en la sociedad y en las familias”, expresó Benítez.

Cabe recordar que los sacerdotes del mundo celebraron su Jubileo del 25 al 27 de junio, bajo el lema tomado del Evangelio de San Juan: “Los he llamado amigos”. Este encuentro concluyó con la Celebración Eucarística en la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, presidida por el Papa en la Basílica de San Pedro.

Panamá, 30 de septiembre de 2025.

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La Arquidiócesis de Panamá creada el 9 de septiembre de 1513 es la Iglesia más antigua en tierra firme y madre de las Iglesias particulares existentes hasta ahora en la república de Panamá.