Mensaje con motivo del Día del Párroco Fiesta de San Juan María Vianney – 4 de agosto de 2025

Queridos hermanos sacerdotes:
Nos acercamos a la fiesta de San Juan María Vianney, el humilde Cura de Ars, y con gratitud deseo hacerles llegar un saludo fraterno. Su testimonio nos recuerda que nuestra vida sacerdotal solo tiene sentido cuando se gasta en Cristo y en el servicio a su pueblo. En un tiempo que exalta el poder y el prestigio, la figura de este sencillo pastor brilla como una luz que señala lo esencial.
El Cura de Ars no fue un teólogo brillante ni un hombre de poder. Fue un servidor incansable, profundamente consciente de su fragilidad y totalmente entregado a la gracia de Dios. Nos enseña que no somos dueños de las parroquias ni administradores de estructuras; somos pastores que caminan con el Pueblo de Dios, llamados a lavar los pies, no a ocupar tronos.
En su confesonario, convertido en altar de la misericordia, vivió una auténtica revolución pastoral. Su perseverancia en medio del cansancio, los juicios y las noches oscuras nos alienta a no dejarnos vencer por la rutina ni por el desánimo. La fidelidad en lo oculto, en lo cotidiano, sigue siendo el camino más fecundo.
Hoy más que nunca, el párroco del siglo XXI está llamado a ser cercano, compasivo, disponible. A vivir entre su gente, a escuchar, acompañar, animar. A dar testimonio de una Iglesia que abraza, que no condena, que sana desde la ternura de Cristo. Como dijo el Papa Francisco, es el rostro del Obispo entre su pueblo.
Queridos párrocos: que el ejemplo de San Juan María Vianney encienda de nuevo nuestro corazón sacerdotal. Que su humildad nos cure del orgullo, que su constancia nos sostenga, y que su amor por Cristo y su pueblo nos impulse a seguir sirviendo con alegría.
Con afecto de hermano y bendición de pastor,
† JOSÉ DOMINGO ULLOA MENDIETA, O.S.A.
ARZOBISPO METROPOLITANO DE PANAMÁ
PRESIDENTE DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL PANAMEÑA