El verdadero canto de “¡Hosanna!”: Justicia, dignidad y respeto a la voluntad popular
El clamor de justicia, dignidad y respeto a la voluntad popular se eleva junto al canto de “¡Hosanna!”, este Domingo de Ramos, porque no queremos seguir siendo espectadores pasivos de quienes manipulan el destino de la nación desde la comodidad o el privilegio. Como aquel pueblo de Jerusalén que salió a recibir a Jesús, estamos llamados a ser protagonistas de un nuevo tiempo, donde la esperanza no sea sofocada por la corrupción ni la desigualdad, sino fecundada por la participación, el bien común y la verdad. Así lo expresó el arzobispo de Panamá, monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, al presidir la Eucaristía de este Domingo de Ramos, 13 de abril de 2025.
Desde la Catedral Basílica Santa María de la Antigua, el arzobispo Ulloa reiteró que, aunque como panameños atravesamos días de desconcierto, en los que la democracia se resiente, el principal enemigo de Panamá no viene del exterior ni de ninguna potencia extranjera. “El verdadero enemigo se esconde dentro: en la corrupción y la impunidad que se enraízan en la sociedad, la familia, los negocios e incluso en la religión”, afirmó con firmeza.
En este Domingo de Ramos —continuó—, debemos acompañar a Jesús con gritos de alegría y hosannas, y entrar por la puerta de la Semana Santa como un pueblo que camina con esperanza, no con imposiciones.
Monseñor Ulloa fue enfático al afirmar que el pueblo panameño no es corrupto por naturaleza, sino valiente, trabajador y solidario. “Por eso duele tanto ver cómo algunos se enriquecen mientras muchos apenas sobreviven”, lamentó.
“Panamá merece justicia que no tenga precio, instituciones que sirvan y no se vendan, un país donde nadie esté por encima de la ley”, recalcó el arzobispo, al tiempo que subrayó que la lucha contra la corrupción no es solo política, sino también moral, espiritual y ciudadana. “Comienza desde lo pequeño, desde lo cotidiano, y exige también un grito firme, una vigilancia activa y una conciencia despierta”, afirmó.
Recordó que los recursos del Estado robados por la corrupción deberían estar destinados a fortalecer hospitales, escuelas y viviendas, mientras la impunidad permite que quienes traicionan al país salgan caminando como si nada. “Esto hace que la gente buena sienta que no vale la pena seguir luchando, porque al final todos hacen lo mismo”, concluyó monseñor Ulloa Mendieta.
Panamá, 13 de abril de 2025
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