El 38 aniversario del obispo que entregó su vida por su pueblo
No me consideren juez o enemigo. Soy simplemente el pastor, el hermano, el amigo de este pueblo
Monseñor Oscar Romero
Al cumplirse los 38 años del asesinato del Beato Monseñor Óscar Arnulfo Romero, sus palabras y mensajes aún siguen vigentes. Fue un hombre que a pesar de las amenazas y peligros que enfrentó por defender la dignidad y libertad de su pueblo, no descansó para que cesara la violencia y se buscarán camino de paz.
El Beato Óscar Arnulfo Romero fue un obispo salvadoreño, que se destacó por sus discursos contra la pobreza, la injusticia social, los asesinatos y la tortura que se apoderaban de El Salvador. Si persistentes denuncias le llevaron a que el 24 de marzo de 1980 fuera asesinado mientras ofrecía la Santa Misa en la Capilla del Hospital de la Divina Providencia.
Su Santidad Francisco ha reconocido el martiro de monseñor Romero, al declararlo Beato de la Iglesia y próximamente para que sea canonizado. En una oportunidad destacó que “quien tenga a Monseñor Romero como amigo en la fe, quienes lo invoquen como protector e intercesor, quienes admiren su figura, encuentren en él la fuerza y el ánimo para construir el Reino de Dios”. Y agregó que el espíritu que guía a la Iglesia latinoamericana ha de ser el mismo que condujo a Romero a dar su vida por amor a los pobres.
El Arzobispo de Panamá Monseñor José Domingo Ulloa Mendieta recalcó: ¡Cómo no recordar y vibrar ante sus palabras quizá profetizando su muerte!: “Debo decirle que, como cristiano, no creo en la muerte sin Resurrección: si me matan, resucitaré en el pueblo salvadoreño…” / “Como pastor estoy obligado, por mandato divino, a dar la vida por quienes amo que son todos los salvadoreños, aun por aquellos que vayan a asesinarme. Si llegaran a cumplirse las amenazas, desde ya ofrezco a Dios mi sangre por la redención y resurrección de El Salvador”. / “El martirio es una gracia de Dios que no creo merecer, pero si Dios acepta el sacrificio de mi vida, que mi sangre sea semilla de libertad y la señal de que la esperanza será pronto una realidad…”.
Para monseñor Ulloa la fuerza de su testimonio rebasó los umbrales de la Iglesia Católica. Tanto así que las Naciones Unidas proclamó el 24 de marzo como “Día Internacional por el Derecho a la Verdad acerca de las graves Violaciones de los Derechos Humanos y la Dignidad de la Víctimas”, como homenaje a monseñor Óscar, que se constituyó en un incansable defensor de los derechos humanos hasta su martirio.
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