Tenemos que cimentar la vocación a los santos, volviendo a las raíces claras y sencillas, como Don Bosco

Tenemos que cimentar la vocación a los santos, volviendo a las raíces claras y sencillas, como Don Bosco

PANAMÁ. 31 DE ENERO DE 2020.    “Tenemos que cimentar la vocación a los santos, volviendo a las raíces claras y sencillas”, esto nos da las bases para que podamos de verdad darle forma a nuestra devoción a San Juan Bosco” señaló el Arzobispo de Panamá, monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, en la fiesta patronal de los Salesianos, San Juan Bosco, este 31 de enero.

En esta Solemne Eucaristía celebrada en la Basílica San Juan Bosco, participó el Obispo de la Diócesis de Colón-Kuna Yala, Manuel Ochogavía, los padres salesianos Carlos Alfaro, P. Mario David, P. Francisco Catalán, religiosas, familia salesiana y fieles devotos presentes.

El Arzobispo de Panamá, expresó  “A un año hacemos memoria agradecida de lo que el Papa Francisco en la misa de clausura de la JMJ, nos proponía a Don Bosco, como modelo y ejemplo a seguir y sobre todo lo presentaba como maestro de la alegría”.

Los Santos no están para ser admirados y particularmente Don Bosco, lo que quieren es que cada uno de nosotros lo imitemos en ese camino que el trazo y que le ha dejado a toda la familia salesiana y a los millones de devotos en el mundo entero; recalcó monseñor José Ulloa Mendieta, de que esta debe ser la gracia de haber celebrado su fiesta.

San Juan Bosco nos deja el gran regalo de ser capaz de mirar la realidad en la que vivimos nosotros con los ojos de un hombre pero nunca podemos dejar de mirar esta realidad con los ojos de Dios, indicó monseñor Ulloa.

Un cristiano y sobre todo un devoto de San Juan Bosco, puede tener todos los defectos pero jamás debe tener en defecto de ser pesimista, de vivir como un derrotado, de pensar que con la juventud y los niños no se puede hacer nada; y eso hay que decirlo, ‘tu devoción no sirve para nada’.

Si no creemos en lo que creyó Don Bosco, de que la juventud tiene oportunidades y que la niñez puede cambiar, no seremos sus buenos seguidores; deben tener el valor de mirar la realidad sin distorsionarla “con los ojos de los hombres pero también con los ojos de Dios”, indicó el obispo panameño.

Cada uno tiene que responder al hoy de Dios, Don Bosco vivió en una época difícil, amazónica, anti clerical, en un tiempo donde los pobres eran el deceso;  por eso nos invita, a no quedarnos encerrados en las casas, ni en las sacristías de nuestras parroquias, tenemos que salir a ver la realidad y frente a ella mirar los desechos que todavía existen en tanta gente, dijo.

El reto de los jóvenes de la pastoral juvenil, de los catequistas, que se han encontrado con el Señor, es que deben ser los primeros que tienen que llevar esa buena nueva a esa juventud distante, abandonados a la suerte en las calles, a esos que usan tatuajes, que usan aretes, deben hacerlo en su mismo lenguaje y forma de ser como lo realizaba Don Bosco, pidió monseñor Ulloa.

Queridos salesianos, su espíritu vivido por Don Bosco se caracteriza por una visión optimista y humanista en la tarea educativa, de ir en busca de esa juventud y niñez estropeada y abandonada; que es capaz de crecer y construirse como persona, invitó monseñor Ulloa Mendieta.

La Meta de Don Bosco como la nuestra en educar a los demás es para que ellos así como nosotros puedan alcanzar la santidad, ánimo el Arzobispo de Panamá.

 

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