230 Catequistas renovaron su compromiso

230 Catequistas renovaron su compromiso

“Somos catequistas, no por decisión propia, sino porque hemos recibido un llamado como María y hemos podido responder, ‘He aquí la sierva del Señor, hágase en mí según tu palabra’”, destacó el Arzobispo panameño al dirigirse a los 230 catequistas ofrecen durante todo el año el servicio de formación cristiana para niños, jóvenes y adultos que desean recibir los sacramentos.

Tenemos que tener muy claro, tanto los catequistas como la comunidad cristiana, advirtió monseñor Ulloa, que “un catequista, no es un maestro, es un testigo que habla de su experiencia de su vida con Dios”.

Añadió que el catequista también es un misionero, que como María ha de ponerse a los pies del Maestro, para ir bebiendo de esa agua fresca que el Señor nos ofrece. Apuntó que durante este año la reflexión ha girado en torno a María,  que se presenta como modelo de los catequistas, quien enseña vivir en fraternidad para servir a los demás.

“Ningún catequista puede realizar esta misión de manera espontánea, a la libre o forzados”, señaló monseñor Ulloa, como María debe ser consciente que desde su pequeñez ha de sentirse elegido.

Tras advertir que al catequista la cualidad que le debe distinguir es la alegría, como a todo cristiano, solicitó que en su ministerio se atienda al que más necesita, y exhortó a los catequizando, a hacerle la vida de cuadritos al catequista haciendo preguntas sobre lo que no comprendan.

Finalmente el arzobispo Ulloa agradeció la misión que realizan en la Iglesia y la ocasión fue oportuna para renovar su compromiso en el día del Catequista celebrado en el Gimnasio de la Universidad Católica Santa María la Antigua, el sábado 15 de septiembre.

Catequistas
Mitzi González de la parroquia San Juan María Vianney, expresó que la catequesis
debe ser dirigida por  los jóvenes, para que el catequista sea amigo y hermano de sus catequizados, porque no son maestros; él debe enseñar con amor y lo que ha experimentado en su vivir como cristiano.

La catequista, Militza Pérez, de la parroquia San Antonio de Padua en Ciudad Jardín, señaló,  que fue importante escuchar del Arzobispo de Panamá, los lineamientos que muchas veces no se tienen claros.

“Tengo claro -dijo Pérez- que la catequesis es un proceso y no una  simple clase; y  el catequista debe ser testigos y haber vivido esos procesos porque todos fuimos jóvenes y eso es lo que los muchachos se llevan”.


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