Secretarias centro, corazón y rostro de Dios en las parroquias
Ante unas 60 secretarias y secretarios de parroquias y departamentos de la Arquidiócesis de Panamá, monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, las reiteró que “son el rostro de Cristo en sus parroquias por lo que el servicio que ofrecen tienen que ser con amor y caridad”.
Monseñor Ulloa explicó que no se tiene claro el concepto de Iglesia, muchos piensan que es piramidal, cuando eso cambió con el Concilio Vaticano II, donde se piensa más en comunidad donde cada uno desde su realidad aporta a la evangelización.
“El nuevo concepto que nos hace falta a todos es comprender y aplicar el ‘poder como servicio’ y Dios mismo nos lo enseña en Navidad, “Él siendo Dios se hizo hombre y siendo humano se hizo servidor de todos”; recalcó Mons. Ulloa, tras añadir que en la Iglesia el que tiene poder, está llamado a servir, lo que conlleva una espiritualidad que rompe todos los esquemas que tenemos en el mundo.
En estos tiempos de crisis, de desesperación, de depresión y pobreza, la gente acude a los templos solicitando ayuda, asesoramiento y buscando soluciones y por eso para muchos de los fieles que no viven el catolicismo, ese contacto con las secretarias parroquiales se convierte en el primer rostro visible de la Iglesia, resaltó y agregó que de cada uno depende la impresión que queremos dar a quien nos toca la puerta.
Además de resaltar el gran papel que tendrán en la Jornada Mundial de la Juventud, especialmente en el proceso de preparación en las parroquias (voluntariado, acogida y alojamientos), los miembros del Comité Organizado Local de la JMJ explicaron ampliamente el desarrollo de este evento país.
Por otra parte, el licenciado Ricardo Achurra, explicó en su intervención la importancia de revisar cuál es la atención que actualmente se ofrece desde la secretaria parroquial, aquellas debilidades que deben reforzarse para ser más eficiente al recibir a los fieles desde que se contesta el teléfono hasta cuando acueden a realizar algún trámite.
Otro aspecto abordado en esta formación fue el protocolo que se sigue en la visita con el Santo Padre, el tratamiento que se les da a las autoridades eclesiásticas, entre otros aspectos.
